Desde hace más de dos años los Centros de Integración Juvenil (CIJ) se preparan para enfrentar una posible crisis de salud por consumo de fentanilo en México, asegura Ángel Prado García, director operativo y de Patronatos de Centros de Integración Juvenil.
En entrevista con EL UNIVERSAL, señala: “Se está haciendo un esfuerzo importante por parte del gobierno federal, en el que participan los 120 Centros de Integración Juvenil del país, para prepararnos por si llegáramos a tener un problema epidémico por consumo de fentanilo, aún no lo tenemos afortunadamente”.
Indica que en México existen alrededor de 109 mil consumidores de drogas inyectadas, como la heroína, pero un estudio del Instituto Nacional de Psiquiatría encontró que 93% tuvo acceso a droga contaminada con fentanilo.
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Los CIJ “nos estamos enfocando a cuestiones de fentanilo, adelantándonos un poquito a algo que pudiera llegar a ser un problema”, expone.
¿En qué consiste ese entrenamiento que menciona?
—En la adquisición de conocimientos y habilidades, sobre todo en prevención y tratamiento. Creo que es importante informar a la población respecto de los daños y los peligros de una sustancia como pudiera ser la heroína, pero también tendremos que aprender de otras sustancias, como el fentanilo y de otros depresores del sistema nervioso central que están apareciendo.
La importancia de enfrentar el consumo del fentanilo en el país no surge como una respuesta a lo que está sucediendo con el uso de este enervante en Estados Unidos, sino porque estamos viendo que ya hay en nuestro país consumidores de sustancias que están utilizando fentanilo.
¿Cuántos consumidores de fentanilo existen en el país?
—Esto es difícil de cuantificar, porque la gente no sabe que está consumiendo fentanilo. Tenemos una epidemia de consumo de metanfetaminas tipo crystal, principalmente en el Pacífico y se ha identificado que un porcentaje importante de ese crystal está contaminado con fentanilo. Se ha identificado en estudios del Instituto Nacional de Psiquiatría que más de 90% de la heroína, que se consume tradicionalmente en la frontera con Estados Unidos, así como en otras entidades como Oaxaca y algunas zonas del Bajío, tiene fentanilo, que es muy adictivo y peligroso.
La Unión Americana tiene un problema grave de muertes por sobredosis de fentanilo y nosotros tenemos que estar entrenados para poder atender a un mexicano que atraviesa por una sobredosis de fentanilo. Eso es lo que estamos aprendiendo.
El funcionario señala que estudios realizados en aguas residuales arrojaron que en 15 ciudades aparecieron restos de fentanilo.
“Estos estudios revelaron también que en Culiacán, Sinaloa, y en Veracruz había más trazas de fentanilo, por lo que el consumo de este enervante en estas dos zonas es mayor. Seguramente, en todo el país está habiendo consumo de fentanilo con sustancias contaminadas. Insisto, la gente no sabe, no pide fentanilo”.
Ángel Prado García explica que el fentanilo es “una sustancia muy barata, por lo que resulta rentable para las personas que se dedican al narcotráfico. Para producir un kilo de heroína se necesita una hectárea y en cuatro meses [ésta] va a generar 16 kilos de opio [que] van a producir un kilo de heroína. Para elaborar fentanilo, sólo se requieren dos horas.
“Y en dos horas voy a producir un kilo de fentanilo, que es 100 veces más que un kilo de heroína. Entonces, es muy rentable y además genera mucha más dependencia y muchos más efectos negativos. Por eso tenemos que estar preparados”, dice.
Considera que la estrategia más importante para enfrentar una crisis por uso de fentanilo es la prevención y fomentar el cuidado de la salud mental.
“El consumo del fentanilo, así como de otra sustancia sicoactiva, es prevenible. Entonces, estamos fomentando todo lo que tiene que ver con la prevención, fundamentalmente de la mano de la Secretaría de Educación Pública [SEP]”, sostiene.
Señala que los CIJ trabajan con la SEP “todos los días, en una gran cantidad de escuelas. En 2022, llegamos a 9 millones de jóvenes con los que pudimos tener contacto en primarias, secundarias y preparatorias para hablarles sobre los riesgos del fentanilo”
El director operativo y de Patronatos de Centros de Integración Juvenil explica que el apoyo que brindan los CIJ en las escuelas va mucho más allá de una simple plática porque, asegura, el tener el mero conocimiento no es suficiente para inhibir una conducta.
“El hecho de que sepas que la cocaína causa daño no es suficiente para que se inhiba a la gente a dejar un consumo nocivo. Entonces, tenemos que entrenar a los maestros, a los alumnos y a los padres de familia de cómo afrontar ciertas situaciones normales en la adolescencia, así como a tomar decisiones, entre otras cosas asociadas a la salud mental”, puntualiza.