Para la exdiputada federal del PAN, Adriana Dávila, lo que su instituto político ha hecho en los últimos años “no está bien hecho”, pues ha sido cooptado por una élite que le cerró la puerta a la ciudadanía.
En entrevista con EL UNIVERSAL se destapa para buscar la dirigencia nacional del PAN, pero advierte que no hay piso parejo ni equidad, y asegura que “prácticamente se pretende reeditar una entrega de bastón de mando como sucedió hace tres años”.
Dávila Fernández considera que, entre otras cosas, la aplastante derrota del pasado 2 de junio se debe a que los candidatos son puestos por las dirigencias y no elegidos por la militancia, lo que provocó que los aspirantes dejaran de ver a la ciudadanía y a la militancia, “porque no tienen deuda social con nadie, sólo con quien los puso”.
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Adriana Dávila cree que el bloque de contención a nivel legislativo del PRI, PAN y PRD debe continuar, “porque finalmente la gente votó para que haya una defensa”; sin embargo, advierte que en lo que respecta a una alianza electoral con el PRI, sí debe pintarse una raya, pues “sería un suicidio continuar con ella”.
“Lo que estamos haciendo desde hace ya varios años no está bien hecho, y todos tenemos que asumir la responsabilidad que eso implica. Hay muchos diagnósticos, yo he escuchado diagnósticos desde 2009, 2012, 2015, 2018, 2021, y todos los diagnósticos son que, tan rápido se quedan terminan reuniéndose con las élites para discutir entre ellos, o sea, nunca voltean a preguntar a otros, y eso es lo que nos está terminando de fregar”, asegura.
Adelanta que llegado el momento, participará en el proceso de renovación de la dirigencia panista, porque se siente en la obligación con las mujeres blanquiazules, pero advierte que no hay condiciones.
“En este momento no hay condiciones. Las condiciones son inequitativas y no cumplen los principios constitucionales democráticos, no hay equidad, tampoco transparencia, y me parece que no hay un piso parejo, prácticamente se pretende reeditar una entrega de bastón de mando que no es distinto a lo que sucedió hace tres años. Yo que intenté participar hace tres años, me topé con que me faltaron siete mil firmas para poder registrarme, y luego en la Comisión Nacional Electoral todos eran colaboradores o beneficiarios de las designaciones de Marko Cortés Mendoza, yo lo denuncié en su momento”, acusa.
Dávila Fernández cree que hay un amplio sector poblacional al que el PAN no ha volteado a mirar, lo cual se debe a que los cargos se reparten por cuotas y no incluyen procesos de elección popular.
“Hoy ya los candidatos ni siquiera tienen ganas de buscar a los militantes y no los buscan porque con quien tienen que quedar bien es con el dirigente, él es el que designa, entonces ya nadie busca a los militantes ni a los ciudadanos, no importa qué suceda porque hay que quedar bien con el que te designa, y no tienes ninguna deuda social con nadie porque te designaron”, advierte.
La exlegisladora señala que el PAN perdió la confianza ciudadana al incurrir en presuntos actos de corrupción, “como el acuerdo en donde lo que se distribuyen entre dirigencias son las notarías o las oficinas de recaudación”.
“Nosotros no hemos sido capaces de ser alternativa, fuimos una oposición sin ser alternativa, porque nuestra representación hacía negocios mientras mucha gente hacía trabajo en calle”, puntualiza.
Al respecto, expone la necesidad de que el PAN se abra a la ciudadanía, pero advierte que “la puerta del partido está cerrada desde adentro, y la tienen estos grupos fácticos en el interior del propio PAN”.
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Por lo anterior, insiste en que en la contienda por la dirigencia “se requiere a un panista que sea capaz de arrebatar o de pelear por la llave para abrir la puerta”.
Respecto de la coalición con el PRI y el PRD, agrega que “hablar de alianzas electorales en este momento es suicida”; sin embargo, reconoce que la alianza legislativa debe continuar, “porque además nos amarran los votos y finalmente la gente votó para que haya una defensa”.
“Pero tengo una obligación de decirle a las mujeres del PAN o a las panistas que ya basta de que nos pregunten quién está atrás de nosotras, criticamos que estuviera el Presidente atrás de Claudia y tuvo que lidiar con tres dirigentes partidistas, no haya nadie detrás de nosotros, es algo que se me hace sumamente injusto, y por eso tengo una obligación de participar”, subraya.