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Hoy amanecimos con dos postales que retratan en buena medida la situación actual de la prensa mexicana, mire usted:
Por un lado, en la conferencia matutina del presidente López Obrador realizada desde Ciudad Juárez, Chihuahua, el mandatario pidió proyectar un video musical, con el cantautor Juan Gabriel y con Rocío Durcal, para mofarse de la prensa y quejarse de la cobertura que se le da a su gobierno. Reiteró que su administración no invertirá en publicidad oficial. “Aunque ataquen y ataquen y ataquen, yo digo lo que diga mi dedito. No, no no”, sonreía el mandatario.
Es claro que tras el desastre que representó la consulta popular impulsada desde Palacio Nacional, y aún antes, tras el retroceso de la alianza morenista en San Lázaro en las elecciones intermedias, el Presidente ha enfocado sus baterías en un nuevo objetivo favorito: los medios de comunicación.
La realidad vuelve siempre a mordernos a la cara.
Mientras esto sucedía en Ciudad Juárez un par de videos c ircularon profusamente en Twittter, sin ningún tipo de control o censura, con hombres armados lanzando amenazas a varios medios y en especial a nuestra colega
quejándose por la cobertura que hemos dado al conflicto armado en Michoacán.
decidió consignar el hecho hasta que fuentes del gobierno federal adelantaron que tomaban cartas en el asunto por la seriedad de las amenazas.
Una mañana difícil para ser periodista en México, literalmente a dos fuegos.
Va la solidaridad con todos los periodistas amenazados, en especial a
ml