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El Partido de la Revolución Democrática (PRD) avaló cambiar sus estatutos para que en las próximas elecciones internas se elija a una Dirección Nacional Ejecutiva, la cual contará con un presidente, un secretario general y siete secretarios nacionales, con lo que se reducirá a nueve personas el máximo órgano de dirección del partido.
En medio de acusaciones de que se cambió en varias ocasiones el proyecto de estatutos, en el 16 Congreso Nacional Extraordinario, donde participaron 785 congresistas, los perredistas avalaron sus nuevos estatutos, pues actualmente son dirigidos por una Dirección Nacional Extraordinaria integrada por cinco personas en igualdad de condiciones.
Antes de la votación, la diputada federal Guadalupe Almaguer acusó a la secretaría de Finanzas del partido de no presentar un informe en los últimos cinco años.
“Si hay verdaderamente [un] interés y el objetivo de la dirección provisional es genuinamente renovar las direcciones proveyéndole de nuevas reglas y nuevas formas, que se den a nuevos rostros responsabilidades diferentes”, dijo.
Después de la votación, un militante subió al estrado con una cartulina con un mensaje contra el excandidato presidencial Gabriel Quadri, quien participa en la iniciativa Futuro 21, impulsada por el PRD y con la que esperan construir candidaturas externas para las elecciones intermedias de 2021.
En el letrero se alcanzó a leer el siguiente mensaje: “Quadri, persona non-grata en Guerrero”, por un lado, y “No más decisiones de espaldas a la militancia, ¡sí al futuro del PRD! No al Futuro 21”.
En los cambios a los estatutos, también se acordó admitir a personas externas en los próximos congresos nacionales y darles voz y voto, solamente cuando se registren como militantes, pues por ley, sin militar en el sol azteca, no podrían acceder a tomar decisiones.
En un principio, la intención de los perredistas era darles voz y voto, con porcentaje de participación, a personajes externos, de acuerdo con Ángel Ávila Romero, integrante de la actual Dirección Nacional Extraordinaria (DNE).
Las corrientes propusieron diferentes porcentajes de participación para los externos.
“Que actores externos puedan venir a discutir el proceso del PRD, estamos ahorita en un proceso de planteamientos políticos del número de porcentaje de participación de académicos, políticos de otros partidos y que se abra la toma decisiones y puedan participar en candidaturas”, dijo previo a la votación del congreso.
De las corrientes, Galileos pide una participación externa de 50% en el próximo congreso; Nueva Izquierda pide que sea 40%; Vanguardia Progresista, 30%, y Alternativa Democrática Nacional (ADN) pide que sea entre 20% y 25%.
De acuerdo con Karen Quiroga, también integrante de la DNE, por ley “no se puede acceder al máximo órgano de dirección de un partido si no se es miembro. Para dirigir un partido necesitas pertenecer a él”, explicó.
Respecto a las candidaturas externas a un cargo de elección popular, se añadió que los electos por esa vía como legisladores “formarán parte del grupo parlamentario del partido, acatando sus principios, normas y lineamientos”.
En uno de los proyectos que circularon durante el día se pretendía hacer que los candidatos electos sin militancia perredista firmaran una carta compromiso de no renunciar a representar al partido y, en caso de hacerlo, firmar una carta de renuncia al cargo al que fue electo, pero se eliminó en el documento que avaló la asamblea.
Para concluir los trabajos, algunas perredistas reclamaron hechos de violencia contra las mujeres en todo el país y criticaron al gobierno de la Ciudad de México, que encabeza Claudia Sheinbaum, por haberlas acusado de ser las autoras intelectuales de lo que llamó “vandalización” de algunos monumentos históricos en la marcha contra el feminicidio que tuvo lugar el pasado 16 de agosto.
En la asamblea, los perredistas también avalaron un resolutivo especial sobre la violencia hacia las mujeres. Una militante subió al estrado para acusar al gobierno local de criminalizar la movilización que fue convocada contra la violencia que sufren las mujeres.
“Nos denunció, nos llamó provocadoras, insitadoras y perredistas, ¡como si ser perredista fuera un pecado!”, reclamó.