Por: Xavier González Zirión

Nadie en su Sano Juicio puede creer que el conflicto del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación sea porque los Ministros tengan celulares, o no; tengan computadoras o no; ganen cien mil pesos más que el Presidente de la República, al menos nominalmente. Todo es insignificante comparado con el tamaño del problema mayor que los confronta.

Al declarar como de “Seguridad Nacional” las mega obras, hace que toda la información sobre ellas permanezca oculta por años, sin que los mexicanos sepamos en que se gastó el dinero. Solo en el Tren Maya y la Refinería 2 Bocas se prevé un gasto de 900 mil millones de pesos, y quizá acabe siendo una cifra mayor. Este monto es 150 veces el de la llamada “Estafa Maestra” y más del triple de lo que originalmente se anunció costarían esas 2 obras públicas.

Es claro que, si la Suprema Corte determina que las cuentas de estas obras deben ser del dominio público, quedarán a la Luz una cantidad de desvíos, sobreprecios y abusos al erario sin antecedentes en la historia de nuestro país. Los recursos que estaban en los extintos fideicomisos, así como los supuestos ahorros, han servido para apuntalar estas grandes obras de la 4T.

El escrutinio al gasto en estas obras, marcará al actual como el régimen más corrupto en la historia de nuestro país. Tan grande es el desfalco que estamparán al Tren Maya y a Dos Bocas como monumentos al mal Gobierno, a la corrupción; y se pondrá en riesgo la libertad de personajes que aprovechan la actual opacidad para enriquecerse de manera ilegal e inmoral.

Seguramente también encontraremos parte de esos recursos en la promoción, que, de manera descarada, hacen las “Corcholatas” a nivel nacional, sin que se les exija transparentar el origen de los cientos de millones de pesos gastados; así pues, la Suprema Corte significa un gran riesgo para la actual Administración, que, con la bandera de la honestidad, quedaría expuesta como TODO LO CONTRARIO, lo que ya desató la ira de López Obrador y de la organización “Frente obradorista” o “Pueblo Bueno”, que lanzan insultos contra la SCJN y los Ministros.

Preocupa mucho a la 4T que nueve de los 11 miembros de la SCJN hayan demostrado su imparcialidad y su respeto a la Ley, que además han defendido de manera valiente, apegándose a la Constitución como único rector del Estado de Derecho. En esta dinámica se puede anticipar que la Suprema Corte quitará una vez más el sello de “Seguridad Nacional” que unas horas después, a través de un nuevo decretazo, de manera unilateral, el Ejecutivo le puso al Tren Maya, al Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y los aeropuertos de Palenque, Chiapas; Chetumal y Tulum, Quintana Roo.

El Ejecutivo pone una barrera más a la transparencia al mantener inoperante al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), a manera de Seguro, para evitar se revisen las cuentas del gasto en el Tren y Refinería, así como la inevitable desgracia pública de quienes administran los dineros públicos.

Pero ese segundo Round queda pendiente, por ahora tendremos en breve la “Honestidad Valiente” contra la valentía.

Respeto a la Ley y Amor a México de 11, o al menos 9 grandes mexicanos, los Ministros de la Suprema Corte de Nuestra Gran Nación.

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