Es la Plaza Mesones en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Aquí, poca es la afluencia de compradores, a cuentagotas algunas personas se acercan a los puestos abarrotados de útiles escolares.
Desde que la Secretaría de Educación Pública (SEP) dio a conocer que debido a la pandemia por el Covid-19 las clases serían a distancia, las ventas en este pasaje cayeron hasta 90%.
Así lo narra triste Edith López, quien desde hace 20 años se dedica a la venta de útiles escolares y tiene al menos 10 puestos en la Plaza Mesones.
“Esto es impensable, es increíble cómo cayeron las ventas, yo diría que hasta 90%; pocas personas son las que vienen con listas de útiles, los que acuden compran poca mercancía. Observa, están vacíos los pasillos, hace un año aquí no se podía ni caminar”, asegura Edith.
Rodeada de cuadernos, libretas, lápices, plumas, plumones, ella está acompañada de Samuel, quien también vende en la Plaza Mesones desde hace ocho años; él relata que antes ni tiempo les daba de comer: “No podías ni ir al baño, comías de rápido, no te daba tiempo, era tanta la demanda y las personas que estábamos todo el día atendiendo el puesto, hoy es diferente”.
Así como ellos, José, quien es empleado de una tienda de cuadernos, concuerda con que hay poca afluencia y ventas en la plaza, “antes, en estas fechas no se podía ni caminar, ahorita ve, ni pasa gente por el pasillo”.
La afluencia registró un descenso dramático, señalan los comerciantes
Él, como muchos de los comerciantes lleva años en el ramo y afirma que nunca había visto esta situación de crisis.
“Yo llevo como 20 años en este ramo y nunca había pasado algo así. Son increíbles las pocas ventas. Nos preparábamos con anticipación, comprábamos mucho material; ahora no, ni lo vamos a vender, lo que nos ayuda es la venta al menudeo, los pocos compradores vienen por uno o dos cuadernos”, dice.
Esta situación no sólo repercutió en las ventas, en lo laboral también, describe José: “Incluso antes contrataban a un buen de personal, ahora no, la plaza abrió hace un mes y no contratan. Nosotros, honestamente, agradecemos que no nos despidieran”, dice.
Afuera de la plaza, decenas de vendedores ambulantes hacen que la calle luzca con gente; sin embargo, pocos son los compradores, algunos preguntan por cuadernos o plumines, pocos son los que llevan bolsas o andan con lista en mano.
Así lo dice la señora Silvia, quien desde hace 25 años vende en esta zona: “Yo estoy desde el año 85 aquí, siempre he vendido esta mercancía y nunca había visto algo igual, los papás ya no traen listas, sólo se llevan uno o dos cuadernos, algunos plumines, eso es todo”, lamenta.
Silvia detalla que, además de las pocas ventas por la contingencia, no puede poner todos los días su puesto, algo que empeora su situación económica.
“Yo toda la vida he sido ambulante en esta zona, pese a ello nos iba muy bien en esta temporada, pero ahora está fatal, las ventas cayeron casi 90%, luego con la contingencia, peor, ya que no nos dejan poner el puesto a diario, cómo le vamos a hacer, tenemos que comer, es nuestro único sustento”, recalca Silvia.
El día transcurre, y son escasas las ventas, nada parece indicar que el próximo lunes inician clases, esta vez, a distancia.