Con casi 80 mil solicitudes de asilo en la frontera sur del país hasta la fecha —y el pronóstico de más de 110 mil al término del año—, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) vive una situación agobiante, con falta de personal y recursos y un sistema colapsado en Tapachula, Chiapas, a donde llega la inmensa mayoría de los migrantes, reconoce su coordinador General, Andrés Ramírez Silva.
Dice que la avalancha enorme de haitianos representa una tremenda presión, por el cuello de botella que se genera y que dificulta su atención, además de que la Comar trabaja con déficit presupuestal agravado por el dinamismo del fenómeno migratorio.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el funcionario pide al Congreso que apruebe los recursos necesarios para atender la ola de refugiados que llegan al país.
¿Cuál es la situación que se vive en la frontera sur con los migrantes que llegan para solicitar asilo?
¿Cómo solventar esta situación tan apremiante?
—Lo que nos agobia o nos coloca en una situación sumamente complicada es el hecho de que ellos ni siquiera refugiados son, provienen de Brasil y de Chile, con una escala en varios países a lo largo de un tiempo y que han salido, en algunos casos, víctimas de traficantes de personas, en el caso específico de Brasil, y que vienen en todo este periplo, pero que son personas que no son refugiados, porque no se encuadra dentro de la condición de refugiado, en la medida en que están viniendo de países donde no hay una situación de persecución concreta o una violación a sus derechos.
¿Cómo se está procediendo en el caso de los solicitantes de refugio de haitianos?
—Nos queda muy claro absolutamente a todos que no se les puede retornar a esos haitianos a su país de origen, porque el país está con un parlamento colapsado, con un magnicidio, con un terremoto devastador, que fue el detonante [para huir]. La situación es sumamente complicada y lo están buscando son alternativas migratorias. (…) Sin embargo, tenemos que atenderlos, así lo establece la ley. Los atendemos, pero también [hay de] muchas otras nacionalidades llegando.
Hasta el último corte, ¿qué registro tiene de haitianos solicitantes de refugio?
¿Qué ha hecho la Comar para resolver este problema y evitar un mayor colapso de los servicios que ofrece?
—Sí, porque nosotros no trabajamos con el incremento natural de la población, lo hacemoss con un aumento que viene de afuera y repentino, entonces, nosotros tenemos que lidiar con eso y no necesariamente los presupuestos están al tanto de esa situación, y no se reflejan en el fortalecimiento de la Comar en términos de su capacidad operativa para que pueda funcionar mejor.
¿El Congreso deberá ser más receptivo para aprobar un presupuesto adecuado?
—Es que para definir el presupuesto hay que tomar en cuenta la capacidad operativa, porque la que atiende a los refugiados es la Comar. De nada sirve que el país sea muy grande y que el país económicamente tenga solvencia y que tenga una población muy grande, si el área que atiende [el problema] tiene una limitante en términos de su capacidad operativa, por lo que se requiere ser conscientes y receptivos.
¿Usted esperaría que hubiera comprensión por parte del Congreso y que les aumenten el presupuesto?
¿A cuánto asciende el déficit presupuestal de la Comar?
—Es que esto es muy dinámico. Yo te digo una cosa ahorita y mañana es otra, porque todo el tiempo está cambiando. Qué tanto déficit, es difícil saberlo porque esto es tan dinámico, que al rato te voy a decir: “De plano no nos alcanza”. Incluso el apoyo del ACNUR ha sido grande, significativo, muy importante y eso nos puede ayudar a mitigar el problema, pero va a depender de qué tanto siga incrementando el número de personas que están llegando.
¿Requiere la Comar más personal especializado para agilizar la atención a los solicitantes?
—La falta de traductores es una complicación adicional en el caso de los haitianos, la cual no tenemos con la mayoría de los otros solicitantes que hablan español. En el caso de los haitianos hablan creole, no tenemos mucha gente que hable creole. Tenemos realmente cuatro intérpretes, pero esto no nos permite darnos a basto. Vamos a tener más intérpretes que nos están llegando en estos días. Vamos a tener un total de siete, o sea, vamos a contratar tres más.
Pero sí, esto retarda más el procedimiento, porque no puedes estar a señas o a las adivinanzas. Es una cuestión muy delicada, estamos hablando de la vida de las personas. Sin embargo, tenemos claro las autoridades mexicanas que no podemos deportar, el gobierno de Mexico no puede deportar a estas personas a su país de origen.
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