Impensable. Es tarde en tiempos de polarización política. Las ocho bancadas en el Senado se toman una “foto de familia”. Dan la cara, aunque sea con cubrebocas, y a la vieja usanza, “cierran filas” encabezados por el líder de la mayoría de Morena, Ricardo Monreal Ávila.

Ahí están, codo a codo, los que siempre disienten: Monreal, de Morena; Kuri, del PAN; Osorio, del PRI; Delgado, de MC, y Mancera, del PRD, junto con Velasco, del PVEM; De León, del PES, y Bañuelos, del PT, que son aliados de la mayoría, unificados todos por su apoyo a los dictámenes que van a votar enseguida.

Antaño los legisladores se unían en torno al jefe de las instituciones nacionales; hoy sólo dicen eso los de Morena. Las otras fuerzas políticas señalan que buscan fortalecer al país en los difíciles escenarios de la economía con crecimiento negativo, y que el T-MEC ayuda a generar empleo y atraer inversión. No es todo.

Han acordado el apoyo unánime a las cinco leyes que se modifican con el T-MEC que entra en vigor mañana 1 de julio, y ratifican el Acuerdo de Cooperación Ambiental de los tres países de América del Norte.

Las confusiones, querellas, desencuentros del domingo pasado fueron resueltas durante la noche anterior y en las primeras horas del lunes por los negociadores del Bloque de Contención y Monreal Ávila, quienes arribaron a las playas de los acuerdos unánimes como no se había visto en meses.

Están en el espacio de las conferencias, o sea, la tribuna alterna, a la que acuden con frecuencia los senadores a lamentar lo que no arreglan en el salón de sesiones.

Los rodea un entorno de Covid-19: todas las personas que asisten al Senado usan cubrebocas, hay gel disponible, se tienen señalizaciones que facilitan la distancia personal. A los reporteros les facilitaron mesas de trabajo y conexiones a electricidad y web en el patio para no estar en la Sala de Prensa, en el sótano.

Senadores solos, acaso con un colaborador van del salón de sesiones a su oficina con sus protecciones personales, todos ante el ojo escrutador del servicio de Resguardo que tiene instrucciones de señalar que se respeten las reglas.

En esa “foto de familia”, el tacto político se aplica con el reconocimiento a todos. Y es cierto, hay mérito en el aporte de la priista Claudia Ruiz Massieu, quien hizo efectiva la comisión de seguimiento al T-MEC, y ha sido lideresa en lo que tienen disponible: los dictámenes con apoyos unánimes.

También reconocen a Eduardo Ramírez Aguilar, de Morena; Gustavo Madero, del PAN; Raúl Bolaños Cacho, del PVEM.

En el salón de sesiones, no hay más de 50 personas, como parte de la nueva normalidad, y una de ellas es Fabiola Franco Centeno, encargada de la limpieza del podio en el que hablan los senadores.

Entre un turno de orador y otro, Fabiola aplica desinfectante, provista de cubrebocas, mascarilla y guantes, y la misma presidenta del Senado, Mónica Fernández, agradece su tarea.

La senadora priista Claudia Edith Anaya dedica su intervención Édgar Antonio Onofre, quien falleció de Covid-19 y daba apoyo a los legisladores en el pleno.

En la discusión volverán las críticas, el contraste legislativo entre morenistas y panistas.

El tablero electrónico no refleja unanimidad y se mancha de rojo, primero con los votos en contra de Emilio Álvarez Icaza, sin grupo, y de Martha Cecilia Márquez Alvarado, del PAN.

Con todo es el día impensable de cierre de filas en el añoso calendario de la discordia.

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