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La Arquidiócesis de México aseguró que tras los sismos del 7 y 19 de septiembre e l país necesita reformas de “gran calado” que de verdad ayuden a la sociedad, afirmó que el pueblo mostró que está listo para solidarizarse en cualquier momento y agregó que a la clase política le llegó el momento de hacer lo mismo.
“Esta reforma no es propaganda, publicidad o competencia; los cambios profundos son medulares al sistema político, compromiso de hundir el bisturí en esa llaga que supura, la de una clase que no puede gozarse del dolor de muchos mexicanos y que se frota las manos al capitalizar la tragedia y asirse al poder a manera de sanguijuelas chupasangre. El pueblo demostró que está listo para ayudar. ¿Habrá reciprocidad de parte de la clase política?”, cuestionó.
A través del editorial del semanario religioso Desde la Fe, agregó que la tragedia derivó en la exigencia por una recomposición a nivel político y económico que evite que se use el dolor para lucrar.
“No hay que caer en la esterilidad, olvidar o peor aún, comenzar a integrar factores de lucro, posicionamientos políticos de poder y de enriquecimientos avariciosos plenos de inmoralidad”, añadió.
El texto mencionó que las pérdidas siguen evaluándose y podrían ser “marginales y breves”, equivalentes al 2.1% del Producto Interno Bruto; sin embargo, el impacto a los Estados del centro no es el mismo que en los del sureste.
“Los daños seguirán costando mucho, acentuando la pobreza de décadas y reduciendo esa región al olvido”, recalcó.
Agregó que pese a que se han anunciado las zonas económicas especiales para terminar con el rezago en Guerrero, Oaxaca y Chiapas a la fecha, después del decreto de ley que crea dichas zonas, publicado en junio de 2016, sólo existen tres de ellas, apenas constituidas esta semana por decreto presidencial en Michoacán, Chiapas y Veracruz.
“Parece que no hay prisa en terminar con la pobreza ancestral del sureste mexicano”, criticó.
La Arquidiócesis, encabezada por el cardenal Norberto Rivera, afirmó que la solidaridad de millones para salvar a otros de entre los escombros es un mensaje claro a los que ahora medran con el dolor.
“Las reformas no deben ser cosméticas ni de apariencias, no deben representar indecibles fórmulas que al final sean más perjudiciales que beneficiosas. Lo evidente es sacar del nicho del poder y de los fueros a los políticos que se han hecho ricos a costa del servicio público”, se lee en el documento.
Se exhortó a la población a elegir candidatos en cargos de auténtica representación popular, “no a sibaritas nutridos de privilegios, moches y prebendas; ministros, magistrados y jueces más austeros y menos apoltronados, engrosando cuerpo y bolsillos; consejeros electorales funcionales, capaces de vigilar los procesos democráticos con justicia y no como dictadorcillos censurantes de las opiniones de los que piensan diferente”.
El texto solicitó que se vea a los partidos políticos como órganos de democracia y no “como refugios de prepotentes, dinastías, linajes o negocios familiares que en pocas manos esquilman lo que pertenece al pueblo mexicano”.
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