Los constantes comentarios en contra de medios de comunicación por parte de autoridades y, particularmente, del Presidente de la República, generan hostilidad y polarización e incitan a la violencia, consideraron organizaciones defensoras de los derechos de periodistas.

En más de una ocasión el presidente Andrés Manuel López Obrador ha cuestionado la información que difunden diferentes medios de comunicación sobre su gobierno.

El Presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Christopher Barnes, dijo que el periodismo, como cualquier otra actividad, está abierto a la crítica; sin embargo, advirtió, el sesgo autoritario, ideológico y despectivo con el que López Obrador ataca a los medios, puede motivar a aquellos individuos que sólo necesitan una excusa para generar violencia y atacar físicamente a periodistas y medios.

Por su parte, el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Roberto Rock, señaló que las campañas de desprestigio por parte del presidente López Obrador tocan también a medios internacionales como The Financial Times, The Washington Post o El País, entre otros.

“Lo que resulta extremadamente peligroso es la obstinación del Presidente contra la prensa, incluso durante la crisis sanitaria del Covid-19 que afecta al país y requiere la mayor concentración del Jefe de Estado”, enfatizó Rock.

Jan Albert Hootsen, representante del Comité de Protección a Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), consideró que la relación entre el gobierno federal mexicano y los medios es compleja. “Yo creo que el gobierno federal mexicano tiene una relación bastante compleja con los medios a nivel nacional y local. El caso más extremo es la relación compleja de ataques retóricos, de hostilidad abierta entre el gobierno federal y medios, que podría derivar (…) en amenazas serias”, opinó.

Se trata, añadió, de mera retórica la que es utilizada desde Palacio Nacional, porque ha sido notorio que el Presidente de la República no ha amenazado ni utilizado la fuerza en contra de éstos. “Pero en el momento en que decimos que es nada más retórica vemos que se crea una división entre lo que es la ciudadanía, los medios y el gobierno, que podría resultar en un clima de amenazas, de hostigamiento. Vemos cómo muchos periodistas, que tienen presencia en las redes sociales, han sido blanco de violencia, de acoso y de amenazas con un lenguaje bastante adverso, ello en online”, agregó.

Resulta preocupante, añadió, que siendo México el país más letal en el hemisferio occidental para el ejercicio periodístico, y en un contexto de inseguridad e impunidad, el gobierno federal caiga en un juego de palabras tan hostil contra la prensa.

“Un funcionario del gobierno federal, también el Presidente, está en su pleno derecho de expresarse, como cualquier ciudadano”, mencionó, “pero el Presidente de la República no es cualquier ciudadano, es el Mandatario de todos los mexicanos, no sólo de algunos. Cuando él dice que un medio miente, debe hacerlo con argumentos”.

Jan Albert Hootsen apuntó que desde el gobierno se debe entender, también, que los medios no están para apoyar o atacar a la administración, sino para ser un contrapeso.

Por su parte, el director de Human Rights Watch, División Américas, José Miguel Vivanco, consideró desafortunados los comentarios que el Presidente hace hacia los medios, porque solamente se estigmatiza.

“Se ha transformado en una práctica habitual del Presidente de México intentar desprestigiar a los medios de comunicación independientes. Es perfectamente razonable que él tenga una visión distinta o discrepe de lo que los medios de comunicación, nacionales o internacionales, informan y puede perfectamente usar la tribuna presidencial o las ruedas de prensa matutinas para poner su punto de vista y discrepar con la información que circula en los medios sobre su gobierno”, comentó.

Sin embargo, Vivanco indicó que al Jefe del Ejecutivo federal no le corresponde intentar estigmatizar ni desprestigiar a los medios de comunicación, porque ello polariza el debate público.

“En una sociedad democrática, abierta, los medios de comunicación, así como el público en general, se forman una opinión sobre cualquier tema de relevancia nacional sobre la base de contradicción de ideas y debate público, pero no sobre la base de la descalificación hacia los medios de comunicación o las descalificaciones recíprocas, esto no permite promover un debate democrático constructivo”, argumentó.

Para el defensor es lamentable que el Presidente recurra de manera constante a la descalificación, con lo que consideró un propósito para dividir a la opinión pública entre los que son amigos y enemigos.

“Me parece que el Presidente, con su conducta, lo que hace es empobrecer el debate, en el sentido de que cualquiera que publica una noticia que a él no le gusta y no comparte pasa a ser una especie de enemigo, alguien que está deliberadamente tergiversando los hechos, me da la impresión que hace más difícil la gobernanza democrática en México”, puntualizó.

Ante los señalamientos del presidente López Obrador sobre la labor periodística, EL UNIVERSAL ha respondido que sólo maneja información probada e imparcial.

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