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Christopher Landau es un abogado especialista en apelaciones, pero sin experiencia diplomática. Su gran ventaja: tiene el oído del presidente estadounidense Donald Trump.

Landau, ratificado ayer por el Senado de Estados Unidos como nuevo embajador en México, estudió en la Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard. Reside en Maryland con su esposa Caroline Bruce y sus dos hijos.

Nacido en España, donde su padre, George Landau (fallecido en octubre pasado), trabajaba para el Servicio Exterior estadounidense, creció en los países latinoamericanos donde George fue embajador: Paraguay, Chile y Venezuela.

Sin embargo, Christopher no tiene experiencia diplomática. Aunque ambicionaba dedicarse al Servicio Exterior, según él mismo ha confesado, su padre lo convenció de estudiar leyes. Aun así, su interés en Latinoamérica lo llevó a certificarse en estudios sobre esa región en Harvard, de donde se graduó con honores en 1985. Se doctoró en jurisprudencia, también con honores, en la Escuela de Leyes de Harvard, en 1989.

La mayor parte de su carrera ha trabajado como abogado experto en apelaciones para firmas privadas. En la biografía que publica de él el bufete Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan, del que es socio, se destaca que “Chris es conocido como el ‘abogado de abogados’: se involucra íntima y personalmente en cada aspecto de un caso, desde el desarrollo de la estrategia hasta la elaboración de argumentos orales”. Esa característica, señalan expertos, será clave, si es confirmado como embajador, para manejar una relación bilateral con tantos temas espinosos como la de Estados Unidos y México, empezando por el migratorio.

Ventaja. Son también los expertos los que subrayan lo que consideran la gran ventaja de Landau.

“Parece que viene a su puesto por medio del secretario de Estado, Mike Pompeo. Así, podemos decir que no es exactamente un amigo cercano de Trump, pero sí es una persona de confianza del jefe de las relaciones exteriores de Estados Unidos”, dijo a EL UNIVERSAL Duncan Wood, director del Instituto México del Wilson Center.

Republicano, de tendencia conservadora, Christopher Landau también fue asistente de dos de los jueces más conservadores del Tribunal Supremo: Clarence Thomas y Antonin Scalia.

Antes de Quinn Emanuel, Landau pasó 25 años en el bufete de Kirkland & Ellis, del que fue socio. También se le conoció como uno de los 41 firmantes de una carta en apoyo a la polémica nominación de Brett Kavanaugh —en medio de acusaciones no probadas de abuso sexual— para la Suprema Corte. Para algunos, eso fue lo que determinó el destino de Landau: al haber apoyado al nominado de Donald Trump se granjeó la atención de éste.

A decir de Wood, el hecho de que Trump lo haya nominado significa que sí “representará a la administración. Es algo que no hemos visto en Mexico desde la inauguración de Trump hace dos años. ¿Por qué es importante? Porque estamos pasando por un periodo en la relación bilateral cuando vemos varios puntos de conflicto potenciales: migración, seguridad, narcotráfico, Venezuela. Es crucial tener una voz que representa al presidente”, principalmente en una administración como la de Trump, a la que la antecesora de Landau describió como “caótica en extremo”.

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