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alberto.morales@eluniversal.com.mx
Tras el reclamo de su propia bancada de ser elegido presidente del Senado, con apoyo del PRI, Ernesto Cordero (PAN) afirma que no traicionó a su partido y no le debe el cargo al PRI, sino a la confianza de los grupos parlamentarios que se vio reflejada en votos.
En su nueva oficina de la Mesa Directiva, flanqueado por una bandera de México, y en cuyas paredes aún pueden verse los agujeros que dejaron los clavos de los que pendían algunos cuadros, señala: “No [traicionamos], nosotros no negociamos con el PRI la presidencia del Senado, fuimos y pedimos su confianza, no sólo al PRI, también al PRD, al PT-Morena, al PVEM y todos nos dieron su confianza. Tristemente en la lógica de Ricardo Anaya todo aquel que no está contigo es un traidor y eso es lo que le está dando al traste al PAN”.
Cordero Arroyo, ex secretario de Hacienda y Desarrollo Social en el sexenio de Felipe Calderón, rechaza las voces que dicen que su presidencia es a cambio de los votos para aprobar la Ley de la Fiscalía General de la República y con ella dar el pase automático al actual procurador Raúl Cervantes como fiscal general.
El panista, quien por segunda vez dirigirá la Cámara Alta, recuerda que fue el grupo de Ricardo Anaya [diputado en 2014] el que avaló el pase automático. No obstante, rechaza ver su presidencia como un golpe para su dirigente nacional.
“No lo sé. Esto no lo analizo desde la óptica electoral, yo no voy a cometer el mismo error que ellos están cometiendo. El Senado es un espacio institucional, democrático, republicano; yo sería incapaz de traicionar la confianza de mis compañeros senadores y de otros partidos que votaron por mí y no la voy a utilizar en una grilla de partido”, dice.
¿Se menciona que su presidencia es a cambio del nombramiento del fiscal general?
—Es absolutamente falso. Diría que es al revés, el grupo que allanó el camino al pase directo fue el de Ricardo Anaya en la Cámara de Diputados, en 2014. Cuando Anaya era diputado votó el pase directo y luego ese grupo parlamentario votó en favor de la reforma secundaria que detonaría el pase automático, cuando esa minuta llegó al Senado aquí la paramos porque necesita una mayor reflexión.
¿Piensa que se debe eliminar el pase automático?
—Más que pronunciarme, lo que debemos hacer como legisladores es dar certeza a la sociedad de que el nombramiento del primer fiscal general responde a un tema de transparencia, honestidad e independencia, que es lo que todos estamos esperando.
¿Independiente también de los partidos?
—Debe tener independencia del poder público, yo no quiero satanizar a los militantes porque es un derecho y no por militar en un partido dejas de ser ciudadano, dejas de ser independiente o ser autónomo.
Organizaciones de la sociedad civil lo exhortan a abrir el proceso de selección...
—En el Senado está la puerta abierta, hay que recordarle a la sociedad civil que quizá ellos se dieron cuenta antes y por eso esa iniciativa está congelada desde hace tres años.
¿Su elección como presidente del Senado provocó una ruptura en la bancada del PAN?
—Dentro de la bancada con la mayoría de los senadores del PAN nos une una gran relación de reconocimiento y afecto. Lamentablemente, como se dan las cosas y como se vive dentro del PAN, no pudieron acompañarnos con su voto, pero hay gran estimación con ellos.
—¿Cómo fue la negociación de su presidencia?
—Muy sencillo, el PAN iba a perder la posibilidad de dirigir la Mesa Directiva del Senado y yo manifesté que podría ser una alternativa y votaron por mí legisladores del PRD, PT, Morena, PVEM, PRI y algunos panistas, lo cual me da tranquilidad.
¿Cómo superará estas diferencias con su coordinador de bancada?
—Mi puerta está abierta, el día que se serene y que quiera platicar Fernando [Herrera Ávila], platicamos. Yo no tengo ningún problema.
¿Su decisión podría costarle su expulsión del PAN?
—No vería por qué, no hemos transgredido ninguna regla.
¿Con su presidencia, el calderonismo está de regreso en el Senado de la República?
—No, lo que diría es que el ex presidente Felipe Calderón es el más querido y probablemente el mejor presidente que hemos tenido y juega el papel que le toca jugar. Pero él está fuera.
Seré un presidente emanado del “Bronx legislativo”, serio, tolerante, incluyente, objetivo, que permita el debate parlamentario serio, que permita construir mayorías que saquen adelante al país.