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plitica@eluiversal.com.mx
Con aplomo, sin leer mensaje escrito, con las tablas que le ha dado ser legislador, el gobernador Graco Ramírez va con todo contra el secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruiz Esparza, a quien culpa del socavón del Paso Exprés.
En el mismo espacio de la Cámara Alta, una sala de reuniones con senadores y diputados, toca a Graco Ramírez dar su relato de los hechos en que dos personas perdieron la vida. Habla ante los legisladores, quienes 24 horas antes escucharon al titular de la SCT, y el gobernador también les deja copias de oficios y videos.
Lo escuchan, incluso legisladores antagónicos a él en lo personal, que representan a Morelos en el Congreso y que tienen cuentas pendientes con el gobernador, quien es un político de izquierda con dureza en su postura: Sugiere que el Presidente despida al secretario.
“No entiendo por qué sigue siendo secretario de la SCT Ruiz Esparza. Es un tema político; a lo mejor lo quieren ver de senador en la próxima elección para que pueda actuar”, dice Graco Ramírez.
Ha dicho que Ruiz Esparza ha gastado millones de pesos en una campaña para culparlo. Y suelta: “A lo mejor se va con ustedes pronto, y pueda ser perdonado”.
La reunión en la que el ambiente estaba tenso se vuelve un escándalo. El senador Miguel Barbosa (PT) dice: “Tiene su momento en el PRD”. Y un ex compañero y ex amigo, Fernando Mayans, contesta: “Son prietos y no morenos”.
El gobernador se zafa del choque: “No lo aludí a usted, senador”. El poblano Barbosa le dice a Mayans, “vienes a pagar lo que recibes de Morelos para gastarlo en Tabasco”. El presidente de la Comisión, Ernesto Cordero (AN), les pide a los senadores “guardar la compostura, aunque sea unas tres horas”.
Los ex camaradas se raspan un poco más: “Vengo por convicción, no por conveniencia”, dice Mayans; Barbosa, revira: “Dime un caso”. El tabasqueño, dice: “Si no que lo diga Moreno Valle”; el ex presidente del Senado, responde: “Mi adversario, mi enemigo, tu proveedor”.
Hacen caso de los exhortos a la tranquilidad, de Cordero Arroyo, y cierran su alegato. Mayans observa: “Viene muy excitado el senador Barbosa”, y éste cierra el lío, al decirle: “Senador balín”.
Y la reunión sigue, y la tormenta que ha invocado Graco Ramírez con su exposición de apertura suelta vientos y truenos, y se sostiene en lo que dice: Debe despedir el presidente a Ruiz Esparza.
Fidel Demédicis y Rabindranath Salazar, contrarios políticamente con el gobernador, presionan por tener turno en el uso de la palabra. La disposición para todos es clara y la aplica el presidente de la reunión.
Graco tiene una leve sonrisa. Las fieras que se iban a ir en contra suya no podrán intervenir, aunque ellos sí representan a Morelos, como decía Demédicis. Y toca el turno, por ejemplo a la senadora Lisbeth Hernández, por el mismo estado, reprocha “la falta de capacidad institucional que mostraron sus elementos en las acciones de rescate de las personas que perdieron la vida”, y pide que a la brevedad “inicie con las sanciones administrativas y penales”.
El debate en el Congreso sobre el socavón apenas se ha abierto.