Tras haber sufrido una de sus peores derrotas electorales en los comicios de 2021, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) vive una intensa guerra interna entre dos grupos: uno busca la refundación del instituto y otro, mantener la legalidad para ser contrapeso del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En medio de esta disputa, la dirigencia nacional que encabeza Alejandro Moreno Cárdenas acusa, en voz de la secretaria General Carolina Viggiano, a Morena de “meter la mano” en la vida interna del partido —a través del exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz— para desestabilizarlo ante la alianza que ha concretado con el PAN y el PRD.
Hoy ha iniciado un proceso de expulsión de las cabezas del movimiento disidente. La Comisión Nacional de Justicia Partidaria del PRI acusa a Ruiz Ortiz del uso de grupos paramilitares y de tortura, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y enriquecimiento inexplicable durante su gobierno en Oaxaca.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Ruiz Ortiz, adversario político de José Murat, también exgobernador de Oaxaca y principal asesor del presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, niega los cargos en su contra y plantea la necesidad de que se convoque a una Asamblea Nacional, desde la que se impulse la refundación del partido, con nuevos cuadros y una nueva dirigencia que surja del consenso entre los militantes.
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“Yo estoy seguro de que sí sacudimos al PRI, me parece que estamos en un momento histórico; desde 1987 no se tomaba la sede del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), cuando se crea la Corriente Democrática, aquella escisión que por la cerrazón, entonces, del presidente Miguel de la Madrid y quienes estaban al frente del PRI, y se escinde el partido, que finalmente ese grupo que se escinde es quien gana las elecciones hace tres años, la Presidencia de México, son priistas que en aquel entonces se fueron”, apuntó Ruiz Ortiz.
La madrugada del martes 29 de junio, un centenar de militantes arribó a la sede del otrora partido hegemónico, para exigir la renuncia de Moreno Cárdenas. Esta protesta fue encabezada por Ulises Ruiz Ortiz y la consejera política Nallely Gutiérrez.
Tras la derrota electoral de 2018, en la que perdió por segunda ocasión la Presidencia de la República, el PRI se convirtió en un partido disminuido en el Congreso de la Unión, al pasar de 207 diputados federales y 52 senadores en 2012, a 45 diputados y 14 senadores seis años después.
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Con el descalabro a cuestas, sus liderazgos naturales —el excandidato presidencial José Antonio Meade, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón— se replegaron.
Otros personajes, como el exsecretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, actual coordinador de la bancada priista en el Senado, han preferido mantener un perfil bajo.
La toma de la sede del PRI, ubicada en avenida Insurgentes de la Ciudad de México, que duró una semana, inició el 29 de junio, pero lo que exacerbó el conflicto fueron los hechos de violencia contra militantes priistas que respaldan al Comité Ejecutivo Nacional tan sólo unas horas después de que los inconformes se apoderaran de los accesos peatonales y vehiculares del partido.
Por esa toma de las instalaciones y el señalamiento de que en las pasadas campañas electorales apoyó a candidatos de otras fuerzas políticas, la Comisión Nacional de Justicia Partidaria del PRI notificó a Nallely Gutiérrez que está en marcha el proceso de expulsión en su contra, por lo que, al igual que a Ulises Ruiz, le dio 15 días hábiles para presentar alegatos en su defensa.
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La consejera política asegura que se trata de una revancha por exigir la renuncia del Comité Ejecutivo Nacional, por lo que hizo un llamado a Fernando Elías Calles, presidente de la Comisión Nacional de Justicia Partidaria, a no dejar que la dirigencia priista lo manipule.
“Que, por dignidad y por el abolengo de su apellido, renuncie y no permita que lo manejen o le ordenen actuar por consigna”, remarcó.
En entrevista con esta casa editorial, la secretaria General priista, Carolina Viggiano, denunció que detrás de las protestas contra el CEN del PRI está la mano de Morena y de intereses ajenos al partido, “que están entrometiéndose en nuestra vida interna para desestabilizar al PRI” por dos motivos: por la alianza con el PAN y PRD, pues “a Morena no le ha gustado, desde el principio ha quedado claro.
“Y después, el triunfo que obtuvimos en la Ciudad de México con la alianza, pues, evidentemente, tampoco les gustó, porque toca directamente el corazón del partido oficial, y particularmente del proyecto del presidente López Obrador para 2024”.
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Viggiano descarta la posibilidad de adelantar la Asamblea Nacional que se realizará en febrero del próximo año, pero asegura que existen los cauces democráticos en el partido para atender las demandas de todos sus militantes. Cuestionó cómo se financió el plantón que permaneció afuera del PRI día y noche durante una semana.
“Lo que importaría saber es cómo están fondeando su movimiento, quién les está dando recursos para pagar gente que esté ahí todos los días, cómo le está haciendo para pagarles la alimentación, cómo le hacen para pagarles el traslado, en fin.
“Creo que es importante que ellos pudieran dar esta explicación, de qué vive el exgobernador Ulises, tantos años sin trabajar. Quisiera saber de qué vive (...), así podría explicar muchas cosas”.
Por separado, Rubén Moreira, representante del partido ante el INE y designado coordinador de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, señaló a este diario que entrará en funciones el 1 de septiembre y advirtió que no puede haber diálogo con un grupo en el que varias personas no son militantes del partido y quienes cometieron varios delitos en el bloqueo a las instalaciones.
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“El diálogo con ellos en estas condiciones es imposible, máxime cuando se han registrado hechos de violencia extrema, como el uso de armas de fuego. Por lo tanto, para nosotros es un grupo de provocadores con los cuales es imposible un diálogo”, enfatizó.
Ulises Ruiz niega que su motivación para encabezar la protesta contra la dirigencia actual sea el dinero o la obtención de un cargo y sostiene que el tricolor debe democratizarse y ser una verdadera oposición que haga contrapeso al poder del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Señaló que la molestia de los militantes no sólo tiene que ver con los malos resultados en las elecciones, sino con la forma en que Alejandro Moreno acaparó todas las candidaturas para su círculo cercano.
“Yo no entiendo por qué Alejandro Moreno se metió en la lista plurinominal si quiere estar al frente el PRI cuatro años. Entonces que se vaya, es la mejor forma de resolver este conflicto, a legislar, es un gran legislador Alejandro, y que deje, que dé paso, que renuncie todo el Comité Ejecutivo, se dé paso a esta comisión de transición, se convoque con fechas pactadas a la Asamblea Nacional, que debe ser inmediatamente, y absolutamente democrática”, sostuvo el exgobernador oaxaqueño.