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Algunos políticos, que incluso se encuentran en cargos públicos, han dejado de lado los tabúes religiosos y han manifestado abiertamente su religiosidad y hasta han acudido a misas.

Uno de los casos más emblemáticos que generó mucha polémica fue el de Vicente Fox, quien todavía como presidente electo acudió a la Basílica de Guadalupe el 1 de diciembre del año 2000 a comulgar con Dios.

Allí fue saludado por los feligreses y a los pies de la Virgen del Tepeyac se hincó y oró por el futuro del país. El guanajuatense llegó a las 08:40 horas, acompañado por Ana Cristina, Vicente, Paulina y Rodrigo, sus hijos adoptivos al templo mariano, en donde se registró un mayor número de fieles del que habitualmente llega en un domingo.

Otra de las políticas que también ha expresado abiertamente su apego a la religión es Margarita Zavala, aspirante presidencial por la vía independiente. Este Sábado de Gloria acudió a misa y ella misma cocinó en su casa pierna de cordero para conmemorar la cena de Pascua.

También el abanderado de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena, PT y PES), Andrés Manuel López Obrador, tuvo varias resistencias por su alianza con los integrantes de Encuentro Social. Pero al presentar su gabinete en su arranque de precampaña, se declaró “guadalupano y juarista, no hay ninguna contradicción”, dijo acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez.

El abanderado de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, también ha declarado que es católico y cada que tiene oportunidad acude los domingos a misa en compañía de su familia, sobre todo en Querétaro.

El 16 de febrero del 2016, el ex presidente Felipe Calderón y la ex candidata presidencial de PAN en el 2012, coincidieron al acudir al estadio Venustiano Carranza, en Morelia, Michoacán, para ver al papa Francisco donde ofició una misa.

Incluso Josefina Vázquez Mota acudió a rezar a la Basílica de Guadalupe el 30 de junio del 2012, un día antes de las elecciones. A la aspirante la acompañaron su marido Sergio Ocampo y sus tres hijas: María José, Celia y Montserrat.

Otro de los panistas que abiertamente habla de su cercanía con la religión es el ex dirigente nacional del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, a quien Felipe Calderón, lo nombró embajador de México ante el Vaticano.

La ex lideresa nacional del PAN, Cecilia Romero es otra de las políticas más apegada a la religión, que incluso ha participado en las misas de acción de gracias a Santo Tomás Moro, patrono de los políticos y gobernantes. Otros panistas cercanos a la religión son José Luis Luege y el ex jefe delegacional en Benito Juárez José Espina.

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