“Por casi 3 años, desde que Anaya promovió y facilitó la votación del pase directo, en ese entonces en beneficio del procurador Jesús Murillo Karam, el tema permaneció sin dictaminar en la Comisión de Justicia del Senado . Surgió como un asunto inminente, justamente cuando Ricardo Anaya se inventó su teoría del complot para escapar del escrutinio público”.
El pasado 23 de agosto EL UNIVERSAL documentó que el presidente de Acción Nacional y su familia política en los últimos 14 años pasaron de cuatro a 17 empresas e incrementaron de seis a inmuebles a 33 con un valor aproximado de 308 millones de pesos.
Los senadores, Roberto Gil, Jorge Luis Lavalle, Javier Lozano, Salvador Vega y el propio senador Cordero dieron a conocer una carta en la que explican las razones por las cuales postularon al ex secretario de Hacienda como presidente del Senado.
“Junto con 82 senadores de cuatro fuerzas parlamentarias , optamos por dar estabilidad al Senado y permitir que funcione con normalidad. Anaya apostó por una crisis constitucional que no tenía remedio visible y que traería consecuencias funestas para el país”.
Señalaron que actuaron con responsabilidad frente a una estrategia que buscaba el colapso de las instituciones para sacar tajada, “porque nosotros aprendimos en el PAN que nadie tiene el derecho de mandar al diablo a las instituciones”, parafraseando al líder de Morena.
Los corderistas señalaron que la elección de Cordero como presidente del Senado, es el reflejo crudo de la división que vive Acción Nacional cuyo problema central es la dualidad, dirigente y candidato, de Ricardo Anaya.
“En su intento por capturar y apropiarse de todo, desde los promocionales de radio y televisión hasta las candidaturas, de los presupuestos y las presidencias de las cámaras legislativas, ha llevado al partido a una tensión insostenible. Vivimos la mayor crisis interna en la historia reciente del partido. Por eso exigimos que se separe inmediatamente del partido, antes de que sea demasiado tarde”.
Los panistas dijeron que enfrentarán el proceso de expulsión abierto en su partido con dignidad y hasta las últimas consecuencias.
lsm