nacion@eluniversal.com.mx
Irregularidades, sobreprecios y productos gourmet son lo que puede encontrarse en la publicación de contratos y adquisiciones para productos alimenticios y comedores que realizan dependencias de la Cuarta Transformación.
Al revisar más de 150 contratos para la adquisición de servicios para surtir comedores y cafeterías de la administración pública federal, se detectó que en más de 70% de los expedientes publicados en CompraNet ni las empresas ni las dependencias hicieron públicos los detalles de las adquisiciones.
Por ejemplo, en el caso de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), en ninguno de los cuatro documentos que subió a CompraNet se publica el monto total de los contratos asignados, las convocatorias, dictámenes de fallo o propuestas de los concursantes.
La transparencia de los precios unitarios en productos alimenticios es el área de oportunidad más relevante en las licitaciones, ya que ni en CompraNet ni en la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT) las dependencias publicaron los contratos íntegros.
En estas dos plataformas es obligatorio incluir el proceso de licitación, los nombres de las personas físicas y morales que contienden por la licitación, propuestas económicas y el fallo, incluyendo el listado de los precios unitarios de cada artículo.
La Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública estipula que los contratos de obras, bienes y servicios son información pública de oficio que debe actualizarse trimestralmente.
En el proceso de revisión de los expedientes que realizó EL UNIVERSAL también se encontraron sobreprecios a los determinados en tiendas de conveniencia o cadenas de supermercados; esta alza en productos regulares puede ir de 5% a más de 40%, de acuerdo con las comparaciones que se hicieron entre los precios ofertados en las actas de proposición y fallo, y los disponibles para cualquier ciudadano en tiendas de conveniencia.
Esta situación se detectó en productos muy caros y en los que se podrían adquirir en cualquier tienda. Por ejemplo, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en Colima compró 75 piezas de atún en aceite y 40 de atún en agua a un precio de 25 pesos cada una, cuando en el súper una lata cuesta, en promedio, 17 pesos. Esto representa un precio inflado a 47%. Asimismo, compró 38 frascos de 200 gramos de Nescafé Taster’s Choice: en el súper cuesta, cada uno, 107 pesos, pero la SCT los adquirió en 268, 150% más caro.
La Secretaría de Educación Pública gastó 12 mil 796 pesos en 52 botes de helado Haagen Dazs: en el súper, cada litro cuesta 202 pesos, pero la SEP lo adquirió a un precio 17% más alto: cada uno costó 246 pesos.