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Ante el sismo del pasado 19 de septiembre que azotó diversos estados en México, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja (FIRC) anunció que está dispuesta a acompañar y asistir en la estrategia de recuperación y, eventualmente, de reconstrucción, que puede durar hasta tres años.

“Estamos listos para ayudar en la fase de recuperación, rehabilitación y, eventualmente, de reconstrucción, si la sociedad mexicana así lo considera”, declaró a EL UNIVERSAL el director para América de la FIRC, Walter Cotte.

“Toda la oferta humanitaria que tenemos en todo el mundo está disponible”, aseguró.

La organización con sede en Ginebra ha limitado su contribución al ámbito de la logística, debido a que el gobierno mexicano no solicitó asistencia internacional y la Cruz Roja Mexicana (CRM), ha sido capaz de afrontar la primera etapa de crisis, caracterizada por operaciones de búsqueda, rescate, socorro, distribución de víveres y remoción de escombros.

“Básicamente lo que hemos hecho en México es poco, porque la sociedad nacional no lo ha requerido, porque hay suficiente capacidad aparentemente en México y porque nosotros tenemos muchas capacidades ocupadas. Tenemos 13 operaciones vigentes en la región, las más urgentes son Puerto Rico, Dominica y Cuba”, detalló.

Con más de cuatro décadas de experiencia en el ámbito humanitario, Cotte explicó que desde el inicio de la crisis el organismo ofreció hacer un llamado internacional de ayuda, asistencia técnica, movilización de personal, albergues móviles y apoyo médico y sicosocial.

Sin embargo, la Cruz Roja Mexicana, además de mostrar gran capacidad de respuesta, con un “ejército” de 20 mil afiliados y una capacidad de movilización de más de 2 mil 500 toneladas de ayuda, contó con una masa de apoyo de 40 mil voluntarios espontáneos, con lo cual se cubrió la fase inmediata, sin necesidad de apoyo externo.

“Cuando tienes 60 mil personas trabajando, tienes una máquina muy grande, pero aguanta y trabaja mucho en la parte primaria, pero después viene la reconstrucción y la recuperación, la cual dura entre uno y tres años”, dijo.

Aseguró que la reconstrucción es la etapa más compleja y costosa, debido a que requiere de orden, liderazgo, procesos de planeación, de reordenamiento territorial y de políticas urbanas para hacer las infraestructuras más resistentes a procesos futuros. Destacó la labor realizada por la gente común, calificándola de ejemplar.

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