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Al grito de “¡Nos vemos el primero, nos vemos el primero!”, la oposición en la Cámara de Diputados celebró y amagó con “manchar” la toma de protesta de Andrés Manuel López Obrador como Presidente.
Faltan cuatro días para el 1 de diciembre y el bloque mayoritario de Morena, PT y PES sufrió su primera derrota en el pleno de San Lázaro al no poder quitarle el fuero a los políticos, incluido el Presidente, debido a que la oposición se unió y evitó otra de las reformas que prometió López Obrador en campaña.
Durante seis horas, diputados de todas las bancadas coincidieron en que se debía eliminar el fuero, incluso lograron votar a favor en lo general el dictamen, y todo parecía miel sobre hojuelas, pero la oposición sabía que su único recurso para ganar esa batalla legislativa era no permitirle a Morena una votación con la mayoría calificada.
Las bancadas del PAN, PRI, MC, PRD y Verde se unieron y alcanzaron 171 votos en contra de tres artículos de la Constitución (38, 111 y 112) que contenían la esencia para eliminar el fuero. Morena, PT y PES lograron 280, por lo que no obtuvieron la mayoría calificada y solamente se aprobó un dictamen “mocho”.
La secretaria de la Mesa Directiva cantó que no había mayoría calificada, se escuchó una ovación, aplausos y un “¡sí se pudo!” que dejó fríos a los integrantes de la coalición Juntos Haremos Historia.
Esto generó un descontrol total en el pleno de San Lázaro: todos los diputados se volteaban a ver y se preguntaban entre sí “¿y ahora?”, y es que en el reglamento no está considerada una situación así. Todos gritaban y pedían la palabra. Nadie sabía qué ocurriría con el documento, si se desecharía, regresaría a comisiones o se mandaría al Senado.
Diputados de la oposición aseguraron que la realidad fue que a Morena le faltó hacer números y cabildear más el dictamen, que requería de las dos terceras partes de los presentes: el número mágico para Morena era de 304 votos. El grupo parlamentario, que dirige Mario Delgado, tiene 255 diputados; el PES, 30 , y el PT, 28, que suman 313; sin embargo, no acudieron todos y se le esfumó esa posibilidad. “Con que hubiera negociado con el Verde y el PRD, esta reforma pasaba”, confió un legislador.
Porfirio Muñoz Ledo regresó el documento a comisiones en primera instancia y pedía que todos se serenaran, pero el pleno se negó, se escuchó un “¡nooooooo!” y le gritaban “¡fuera, fuera fuera!”. Los panistas argumentaban, a través Jorge Luis Preciado, que lo avalado se tenía que ir al Senado y los no ratificados se tenían que desechar.
Gerardo Fernández Noroña (PT), quien fue interrumpido en varias ocasiones, pidió que se relajaran, que usaran la tribuna y dejaran de gritar, dijo que la ley estaba en firme, salvo los artículos que fueron rechazados. Mientras, la priísta Claudia Pastor chocaba las manos con sus correligionarios en señal de triunfo.
Los coordinadores del PAN, PRI, MC y PRD calificaron a los diputados de Morena de “soberbios” y de tener un “desprecio” por las minorías al no tomarlos en cuenta para el debate desde las comisiones.
“Ustedes no son los dueños de la Cámara, Juntos Haremos Historia seguirá luchando por quitar el fuero y lo lograremos a pesar de los votos de la derecha panista”, dijo el ex perredista en respuesta.
El líder de la bancada panista, Juan Carlos Romero Hicks, dijo que para una reforma constitucional se requieren dos tercios y “nosotros vamos a construir, cuando no coincidamos, el tercio necesario para que no se apruebe”.
Los ánimos se encendieron, los diputados quedaron enfrentados y hoy se debatirá otra reforma constitucional que da vida a la consulta popular y a la revocación de mandato.