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Rosario Piedra Ibarra, presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), informa que al momento se han presentado tres quejas por agresiones que sufrieron migrantes en los últimos dos choques contra elementos de la Guardia Nacional, integrantes del Instituto Nacional de Migración (INM) y la policía de Tabasco. Las quejas han sido por rasguños, tocamientos, jaloneos, derribamientos y por el lanzamiento de gas pimienta, pero ninguna, asevera, puso en riesgo la vida de los centroamericanos.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Piedra Ibarra rechaza calificar la actuación de la Guardia Nacional, pues aseguró que no hará declaraciones hasta tener un juicio serio y con base en la información que les hagan llegar sus visitadores enviados a la frontera sur de México.
Asimismo, se pronuncia por que no haya fronteras, sino libre tránsito en todo el mundo.
Afirma que se siente con la capacidad para encabezar la CNDH, pues el puesto no tiene que ver con un perfil académico o profesional, sino con la entrega a la causa de la defensa de los derechos humanos. Reconoce afinidad con el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero no la habrá, dice, con cualquier caso de violación de los derechos humanos, y garantizó autonomía.
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Asegura que desde que fue creada la CNDH, en la administración de Carlos Salinas de Gortari, el organismo autónomo fracasó, porque solamente sirvió como una pantalla, un instrumento de simulación, un engaño para favorecer a ciertos privilegiados, pero no para atender a las víctimas.
La titular de la comisión anunció la creación de una oficina especial para atender todos los casos de desaparición forzada, como la Guerra Sucia, El Halconazo, y otras que ocurrieron en los años 60, 70, 80 y 90, incluida la desaparición de su hermano, Jesús Piedra, y los familiares que integran el Comité Eureka, del que sigue formando parte.
¿Cómo encontró la CNDH?
—Como una institución que había sido creada para ser una pantalla, una simulación, sobre todo ante la comunidad internacional, pues su creador, Carlos Salinas de Gortari, con la firma del Tratado de Libre Comercio, quería hacer creer a la comunidad internacional que la situación de derechos humanos en México iba a mejorar, que no iba a haber ningún problema, y el objetivo también era engañar a millones de mexicanos que hemos sido violentados en nuestros derechos.
Me encontré con una comisión como ese elefante blanco, con un presupuesto elevado utilizado en cosas superfluas e inútiles.
¿Despilfarro?
—Sí, en cuestiones de salarios de funcionarios, no para atender a las víctimas. [Había] privilegios de compensaciones, premios, carros, camionetas blindadas, cocinera particular, chef profesional... Luis Raúl González tenía su chef, pero esta persona no estaba tipificada como tal, sino en otra categoría, y eso es muy grave.
Acusó un fracaso de la CNDH... Esto viene desde Salinas, ¿pero no se salva ningún presidente?
—No. La comisión era un instrumento de simulación, de engaño para favorecer a ciertos privilegiados, pero no para atender a las víctimas, [y eso aplica a] todos los que pasaron por esta oficina; yo no recuerdo alguno que no, porque la misma estructura así está diseñada, y porque los alcances, que queremos cambiar, eran solamente hacer recomendaciones y recomendaciones, y si el funcionario quería, las cumplía, y si no, daba lo mismo.
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¿Se le van a echar encima todos sus antecesores?
—Es que ya se nos han echado encima, porque esto no lo digo hasta ahora, como víctimas lo hemos dicho siempre: nunca tuvimos esperanza en esta comisión. No hacían nada, era una simulación, y sostengo lo que he dicho antes.
Entonces, ¿desde Salinas la CNDH siempre fue un cero a la izquierda?
—Era, más bien, una forma de querer validar los regímenes en los que fue creado, y así sucesivamente.
¿Qué hará para revertir esto?, porque el diagnóstico que da es que no servía de nada...
—Bueno, ya estamos [actuando]. Primero [debemos] terminar con esa lentitud cuando se recibe una queja, que se tarda varios años en ser atendida, en darle seguimiento. Además, estamos pensando en una reforma legal, y vamos a necesitar de la cooperación de los legisladores de ambas Cámaras para poder hacerla eficaz. [Buscamos] que las recomendaciones sean vinculantes y no llamados a misa, que sean obligatorias, porque si no, de qué van a servir.
¿Anunció ahorros de 30%?
—Una reasignación del presupuesto para las áreas que lo requieren y que ningún funcionario de la CNDH gane más que el Presidente.
¿Nos encontraríamos con activistas en las visitadurías?
—Eso es algo que muy probablemente sucederá. Ésa es la idea.
¿La reasignación de recursos no afectará funciones de la CNDH?
—No, al contrario. Van a destinarse a lo que realmente lo requiere: acompañamientos, medidas cautelares, a que se atienda bien el área de quejas. Mejorará la comisión.
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¿Se creó una oficina de investigación en la comisión?
—Sí, se anunció la apertura de una oficina especial para atender todos los casos de desaparición forzada que ocurrieron durante el periodo de la Guerra Sucia durante los años 60, 70 y 80, e incluso algunos de los 90. Para eso se requiere un equipo de investigadores, un [grupo] multidisciplinario, forenses, expertos en la materia. Aclaro que no nos mueve la venganza: nosotros tenemos identificados a muchos de los que operaron en ese periodo y que estuvieron directamente vinculados [con] las desapariciones forzadas, pero no se trata de eso, porque si quisiéramos, estaríamos señalando; sin embargo, lo que queremos es saber qué pasó con todos estos ciudadanos, incluido mi hermano y los familiares que defiende el Comité Eureka, del que sigo formando parte.
¿Se reabrirán la llamada Guerra Sucia y El Halconazo?
—Es que el caso de la Guerra Sucia no se ha acabado, porque la desaparición forzada es un crimen de lesa humanidad hasta que la víctima aparezca, viva o muerta.
¿Cómo se siente en la CNDH? Se lo pregunto por su perfil.
—Me siento muy contenta, y no [se trata] tanto [del] perfil académico y profesional, sino precisamente [de] la convicción que se tenga [para] luchar por un cambio.
¿Siente que tiene la capacidad?
—Pues sí, la capacidad la tengo; o sea, la lucha por los derechos humanos no es privativa de una profesión, sino de la capacidad de entrega para una causa.
¿Qué le parece la actuación de la Guardia Nacional?
—Estamos analizando cuál fue su real comportamiento, y hemos acompañado a los migrantes para tener esa visión de primera mano y emitir un juicio serio. No se trata de hacer declaraciones por hacerlas.
¿Las imágenes que se han visto de golpes y tacleadas a migrantes no le parecen agresiones?
—Si hay eso, obviamente sí es algo [grave], pero debemos tener el dato preciso de nuestros observadores para poder emitir un posicionamiento, una recomendación, un exhorto o lo que sea necesario. Ya hemos hecho acompañamiento y emitido un posicionamiento, pero vamos a seguir, porque el problema de la migración no va a terminar ya.
¿Usted está a favor de que haya libre tránsito?
—Pues claro, porque no deberían existir las fronteras. [Los migrantes] son seres humanos con iguales derechos, pero no es algo que le competa sólo a la CNDH, sino a los gobiernos, aunque nosotros también tenemos que fijar una postura.
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¿Cómo calificar la contención que está haciendo la Guardia?
—A eso me refiero: tiene que haber cooperación entre los gobiernos y ver qué mecanismos no vulneran esos derechos, ese libre tránsito, que a mi juicio debería existir. Tenemos que analizar [todo], no nada más hechos aislados.
¿Son solamente tres quejas las que les han presentado?
—Así es. Las quejas que se han presentado en contra del Instituto Nacional de Migración y la Guardia Nacional por daños a personas migrantes, afortunadamente, no pusieron en riesgo la vida, y eso para nosotros es importante. No justificamos ningún tipo de agresión, por mínima que sea, pero aquí lo importante es que no hubo algo que pusiera en riesgo la vida de los migrantes.
Las más recientes son una queja presentada contra el INM por daño en el cuello, rasguños y tocamiento; esto lo reprobamos, no debería existir ninguna agresión; no obstante, aquí lo que cabe resaltar es que no pusieron en riesgo la vida de estas personas, que eso sí sería gravísimo. Otras quejas que han sido presentadas en contra de Migración y de la Guardia Nacional fueron porque jalaron la mochila de una señora y ella se cayó y se lastimó, además de que venía con sus hijos.
Otra fue en contra de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Tabasco, porque tiran a una persona migrante, la golpean y le arrojan gas pimienta; ésa está aun más grave, y no podemos dejar que crezca. Tenemos que denunciar las agresiones, por mínimas que sean y aunque no pongan en riesgo la vida de una persona, porque no se tolerarán. La comisión actúa con base en quejas.
¿Son menores las agresiones contra los migrantes?
—No, nada es menor, pero lo que sí resalto es que no ponen en riesgo la vida de las personas, afortunadamente. Sin embargo, no debemos dejar que esto ocurra.
¿Cuál sería su llamado al gobierno federal por esta contención que hace la Guardia Nacional?
—El llamado es a respetar los derechos humanos, y ya hemos hecho esto, no nada más a la Guardia Nacional, sino también al Ejército, a la Marina y a todas las policías de este país. Ellos tienen que ser respetuosos de los derechos humanos.
¿El desabasto de medicinas para los niños con cáncer no le parece una tragedia? Incluso ya la aceptó el Presidente.
—Qué bueno que lo acepte, porque cuando hay una falla o un error, se debe aceptar. Aquí hay que ver qué está pasando con la corrupción que existe de todos esos intermediarios que hacen que no lleguen los medicamentos a quien debe, que en este caso son los pacientes.
¿Y no lo considera una tragedia?
—Pues ocurrió desde hace varios años... El caso emblemático es el de Veracruz, donde en lugar de darles medicamentos contra el cáncer se les daba agua. Si hago referencia a esto es porque no podemos hablar de un presente sin pensar en todo ese pasado que ha llenado a este país de malas prácticas que violentan el derecho a la vida.
Esto no se acaba, la corrupción sigue imperando, los malos tratos cuando se detiene a alguien. Esto no termina de la noche a la mañana. El llamado a los ciudadanos es a que denuncien, ya que esta comisión está para escuchar a las víctimas, actuar y ser imparcial, no estar a favor de una postura, de un funcionario o de cualquier autoridad, y sobre todo existe para desenmascarar a esos poderes fácticos que siguen actuando tras bambalinas y que quieren que las cosas sigan como siempre para conservar privilegios.
¿Está garantizada la autonomía de la comisión? Muchos aseguran que tiene cercanía con el presidente López Obrador.
—Yo tengo cercanía con un proyecto que realmente transforme este país, y obviamente sí tengo una con el Presidente, no voy a negarlo: lo conozco y hay una afinidad, pero en lo que no la hay es con cualquier caso de violación a los derechos humanos, y en eso va a haber autonomía. Sí puede haber coincidencias en algunas cosas, y las diferencias se conversarán; ésa es la autonomía, y ésta se va a demostrar con base en el trabajo de dar respuesta a cualquier ciudadano que haya sido violentado en sus derechos y haya sido víctima.