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El recién designado presidente interino de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, asegura que el partido se achicó ante los temas de la agenda política nacional por la falta de líderes y que el punto de inflexión se trajo al organismo para abajo.
En entrevista con EL UNIVERSAL, lamenta que la imagen de Morena pueda afectar a la del presidente Andrés Manuel López Obrador, pues, afirma, los partidos cuando se dividen desbaratan gobiernos.
“Creo que el Presidente tiene una aceptación inmensa, ojalá contara con un partido que reforzara esa aceptación, ese apoyo que tiene de la población. Todos los gobiernos necesitan un partido fuerte.
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“No tiene mucho sentido ganar el gobierno y destruir el partido, porque si no al rato los gobiernos también se destruyen, se pierden (...) Por eso tengo una doble responsabilidad”, manifiesta.
Ramírez Cuéllar afirma que hubo plazos que se vencieron para echar a andar los comités municipales.
Comenta que se dejó de lado la formación política que debió tener la militancia, por lo que, señala, las propuestas no despuntan en los temas de la agenda nacional y no apoyan al gobierno.
“Una parte importantísima de dirigentes, de representantes del partido a nivel estatal y municipal, entraron a ocupar puestos en el gobierno, ahora son diputados locales o federales, muchos son presidentes municipales. Hubo una sangría muy grande de los principales cuadros políticos”, explica.
Lamenta que Morena tenga un vacío organizativo muy fuerte, pues sólo están funcionando 22 consejos estatales, de los cuales 18 hicieron su asamblea y convocaron al Congreso Nacional, “pero la debilidad organizativa, la falta de consistencia institucional, ha llevado a enfrentar todas estas dificultades y ha generado que el partido esté ausente del debate nacional.
“Morena es inexistente en muchos sentidos. [No tiene] propuestas para enriquecer y apoyar la política del gobierno, para insertarse en los grandes cambios que se están realizando. Es un partido que se ha achicado mucho y por eso creo que el gran reto es corregir todo para recuperar la institucionalidad y que funcionemos como partido político y también como movimiento”.
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Una de sus primeras tareas como presidente interino, asegura, es darle fuerza a la formación de los militantes, “porque muchísima gente quiere incorporarse, pero deben tener conocimiento de los planteamientos fundamentales, de las obligaciones y de las conductas éticas que se tienen que respetar. Hay un vacío que tenemos que llenar de manera urgente”.
El todavía presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública en la Cámara de Diputados sostiene que Morena aún tiene futuro como partido político, pues “hay una base sólida de militantes y una enorme simpatía en la población.
“Es gente totalmente entregada, la mayoría de los que integran los comités de Morena, gente que se ha sacrificado muchísimo, que trabaja en condiciones muy adversas, con un hostigamiento muy fuerte del régimen anterior (...) Es totalmente entregada a causas que tienen que ver con la justicia y la lucha contra la pobreza y la desigualdad”, expresa.
Ramírez Cuéllar agrega que no ve una perredización en Morena o que el partido pueda terminar dividido por todas las corrientes de pensamiento de quienes militan en el proyecto, pero admite que “todos los peligros existen”, aunque estén a tiempo de corregir los errores que los han llevado al punto de quiebre.
“Voy a ser una persona que garantice el éxito del cambio de dirigentes, seré totalmente imparcial. Tengo una buena relación con todos, creo que soy un factor de unidad, ese es el principal mandato que recibí de los congresistas y voy a hacer todo lo que esté a mi alcance por restablecer la institucionalidad”, sentencia.
Afirma que en lo que dura su interinato quiere hacer de Morena un partido que se incorpore a los grandes cambios que se dan en el país: “[El instituto político] tiene que tener claro qué se va a hacer sobre economía, derechos humanos, lucha contra la corrupción en todas las áreas de la política social, para [así] acabar con la pobreza y acompañar y enriquecer las políticas de nuestros gobiernos”.
En conferencia de prensa, Ramírez Cuéllar externa que su dirigencia interina buscará brindar certidumbre al proceso interno del partido y que sacará a Morena del marasmo en que se encuentra.
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Afirma que, previo a su elección como dirigente temporal, tuvo acercamientos con todos los liderazgos que lo eligieron.
Hace un llamado a construir un mecanismo para lograrlo y no descarta reformar los estatutos del partido, ya que “el método ya no puede ser un factor de división, sino que todos pudiéramos encontrar esta solución lo más pronto posible.
“Deben tener la certeza de que conmigo hay piso parejo, hay imparcialidad y una decisión unitaria para que quien salga, lo haga con mucha fortaleza y le dé a nuestro partido una fuerza organizada muy consistente para respaldar los cambios que se están operando en el país”.
Señala que se iniciará un proceso de reconstrucción y restablecimiento institucional, así como una posición unitaria entre todos, la cual garantizará piso parejo e imparcialidad a los contendientes a la dirigencia del partido.