El presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, Alfonso Ramírez Cuéllar (Morena), se pronunció porque la recaudación derivada del cobro de los Impuestos Especiales sobre Productos y Servicios (IEPS) a bebidas azucaradas, comida chatarra, bebidas alcohólicas y cigarros , debe aumentar de manera progresiva.
En un comunicado, Ramírez Cuéllar dijo que ya los recursos para atacar estas enfermedades ya son insuficientes, pues “si comparamos los daños a la salud que originan éstos productos y los costos que generan en atención médica, contra la tributación y las ganancias exorbitantes de las compañías que los producen, el resultado es injusto e inequitativo y los más afectados son los pobres”.
Consideró necesaria la actualización del IEPS que se aplica al alcohol, tabaco, a las bebidas azucaradas y a las comidas chatarra, así como revisar su asignación, para poder enfrentar las emergencias epidemiológicas, como la obesidad, la diabetes y el cáncer, que sin duda alguna, tienen repercusiones en el presupuesto de nuestro sistema de salud.
En materia de IEPS la recaudación en México llega al 5.9% mientras que el promedio de la OCDE es de 10.8%, lo que nos permite aseverar que tenemos la recaudación más baja dentro de los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, con los efectos sustantivos en la economía nacional y la vida de todos los mexicanos.
Consideró que para el 2020, se debe de contemplar una actualización de impuestos asociados al consumo de productos que derivan en la prevalencia de las enfermedades crónicas degenerativas, a efecto de reducir su consumo.
Refirió que en 2019 se programó una recaudación de impuestos por los conceptos mencionados de 152 mil 482.1 millones de pesos, pero si atendemos a las recomendaciones de la OMS se podrían alcanzar los 304 mil 964.2 millones de pesos.
El legislador de Morena señaló que datos de la Organización Panamericana de la Salud, organismo encabezado por la Organización de los Estados Americanos (OEA), el tratamiento de las enfermedades crónicas no transmisibles (cardíacas, diabetes, cáncer y cerebro vasculares) tiene un costo para México de 7 mil millones de dólares anuales, lo que equivale al 4% del Producto Interno Bruto
“Definitivamente no hay comparación entre ingreso y gasto, incluso la OEA y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han recomendado que el impuesto se reevalúe en base a los costos del sector salud, para generar efectos positivos en el control de las enfermedades crónico degenerativas”.
“Tenemos la urgencia de atender a poco más de 9 millones de mexicanos que padecen éstas enfermedades, el compromiso de disminuir la incidencia de los padecimientos en un 30% según lo acordado en la agenda 30/30 de la OMS, es poco probable si cada año se suman 40 mil nuevos casos en el país”, sentenció.
“Dichas enfermedades, además de representar una de las principales causas de muerte en nuestro país, no cuentan con recursos suficientes para su prevención y tratamiento, refirió que de acuerdo a datos del INEGI, del 2017, las principales causas de muerte son: las enfermedades del corazón (20.1%), la Diabetes Mellitus (15.2%) y los Tumores Malignos (12%)”.
Por lo que respecta al destino del gasto, el presupuesto aprobado para la Secretaría de Salud en 2019, es de 124 mil 266.8 millones de pesos, para el cumplimiento de todos los requerimientos del sector, considerando que de acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en el primer bimestre de éste año, por comida chatarra, se recaudaron 3 mil 988 millones de pesos; por bebidas saborizadas, 4 mil 485 millones de pesos; por el cobro del IEPS a tabaco 12 mil 641 millones de pesos; y por impuesto en cerveza y bebidas refrescantes, 6 mil 576.6 millones de pesos, resulta insuficiente la tributación para la prevención, atención y tratamiento de enfermedades crónicas no transmisibles.
Señaló que, para los siguientes ejercicios fiscales, es importante analizar el incremento de las tasas impositivas, etiquetando los recursos con un destino específico, que permita incidir en la prevención y atención de el sobrepeso y obesidad y de las enfermedades crónicas no transmisibles, ante el grave problema de salud pública que enfrenta nuestro país.