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Los mandatarios del PRI, PAN, PRD y Morena han tenido que sortear los abucheos y rechiflas en los actos públicos del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero hay gobernadores que han estado más expuestos al escrutinio que otros.
Por ejemplo, el de Oaxaca, el priista Alejandro Murat, tuvo que escuchar por tres días las rechiflas de los simpatizantes de López Obrador, en una gira de igual número de días con el Jefe del Ejecutivo federal.
En la presentación del Programa Nacional de los Pueblos Indígenas, en la capital oaxaqueña, los 12 minutos de su discurso transcurrieron en medio de gritos, insultos y abucheos.
Mientras que otros mandatarios optaron por hablar lo menos posible o quedarse callados para no alentar los reclamos, como fue el caso del gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, quien decidió el pasado 10 de febrero hacer uso de la palabra por 36 segundos, cuando el Presidente fue a dialogar con la población sobre el proyecto de la Termoeléctrica de la Huexca.
En tanto que el mandatario Marco Antonio Mena (PRI) dio su discurso en menos de tres minutos en medio de fuertes reclamos, previamente a la participación del Jefe del Ejecutivo, quien presentó los programas de Bbienestar en Tlaxcala.
En contraste, los gobernadores que han salido airosos de las giras del Presidente por sus entidades son los gobernantes de Morena, como la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum; los mandatarios chiapaneco, Rutilio Escandón Cadenas, y veracruzano, Cuitláhuac García.
No obstante, el abucheo más notorio fue el que recibió Héctor Astudillo, gobernador de Guerrero, el 11 de enero en Tlapa de Comonfort, lo que le obligó a acortar su discurso y, posteriormente, a expresar al Presidente su inconformidad.
Astudillo acusó al delegado federal Pablo Sandoval Ballesteros de ser “promotor del odio, el rencor y generar confrontación”, y amagó con no asistir más a un evento del Presidente en Guerrero. López Obrador se disculpó con el gobernador por el incidente y le pidió seguir juntos.
El sábado pasado, al dar a conocer el Programa de Tandas del Bienestar, el chihuahuense Javier Corral optó por mejor no hacer uso de la palabra ante los abucheos emanados cada vez que se mencionaba su nombre, pese a que López Obrador defendió al panista al señalar que lo respetaba como “opositor”.
Mientras que en Hermosillo, Sonora, a la gobernadora Claudia Pavlovich también le cayó una silbatina, que fue apaciguada con los gritos de: “¡Claudia! ¡Cluadia!”, por parte de trabajadores del gobierno estatal, quienes ingresaron con altavoces portátiles al estacionamiento de la Universidad de Sonora, donde fue el evento del Ejecutivo. Lo mismo les ha ocurrido a los panistas José Rosas Aispuro (Durango), a Carlos Mendoza Davis (Baja California Sur) y a Alejandro Tello, (Zacatecas), entre otros.