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Los tres debates presidenciales de 2018 deben tener un formato flexible que disminuya el uso de discursos preestablecidos y que involucre a la ciudadanía para que tenga una interacción más directa con los candidatos, señala una investigación del Insttituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado, que advierte que el intercambio de información no debe derivar en “espectáculos”.

Para el proceso electoral por la Presidencia se llevarán a cabo tres debates entre los candidatos. Al respecto, la investigación del IBD coincide con el Instituto Nacional Electoral (INE) en que se debe “flexibilizar el formato en dos aspectos clave: primero, en la generación de una dinámica que favorezca la interacción y el debate entre los candidatos, y segundo, permitir un mayor involucramiento de la ciudadanía eque promueva una interacción más directa con los candidatos”.

El Instituto Belisario Domínguez destaca que es facultad de INE organizar los debates presidenciales y en ese sentido, definir un formato que permita mejorar los resultados obtenidos en ejercicios pasados.

Cabe recordar que desde 1994 los debates presidenciales en México han dejado experiencias acerca de los formatos en los que se han realizado esas confrontaciones en transmisiones de televisión en vivo. Para el actual proceso se escogieron como sedes la Ciudad de México, Tijuana y Mérida, el 22 de abril, 20 de mayo y 12 de junio, respectivamente.

Al instituto corresponde organizar los debates obligatorios entre los candidatos a la Presidencia de la República y definir las reglas, fechas y sedes, con apego al principio de equidad entre los candidatos, indica la investigación.

La investigación también detalla que en un debate presidencial son de especial relevancia “el rol del moderador y el nivel de participación que se permite a la ciudadanía”.

Por ello inidica: “Es necesario que el instituto tenga claridad sobre las variables que deberán documentarse y medirse para valorar la efectividad del formato, lo que significa también definir con claridad qué se considerará efectividad; es decir, bajo qué criterio será posible señalar que un formato contribuyó en mayor o menor medida al cumplimiento del objetivo de esta actividad”.

Se adelanta que valorar la efectividad del formato de un debate entre candidatos presidenciales puede abarcar temas tan amplios como el nivel de audiencia captada, el involucramiento de la ciudadanía en la discusión o la vinculación entre electores y candidatos, sin que se de lugar a “un espectáculo”, como lo recomienda el Centro Annenberg de Políticas Públicas, en un reporte sobre debates presidenciales de 2015.

El Consejo General del INE acordó criterios específicos para la realización de tres debates que serán de transmisión obligatoria en radio y televisión, en aras de permitir un acuerdo de amplia difusión.

El primero se llevará a cabo en la ciudad de México, el 22 de abril en el Palacio de Minería y su temática central será “política y gobierno”. Los subtemas para el debate son: combate a la corrupción e impunidad, seguridad pública y violencia, y democracia, entre otros.

El segundo encuentro se realizará el 20 de mayo y tendrá lugar en Baja California, en la Universidad de ese estado campus Tijuana. El tema central será México en el mundo, comercio exterior e inversión.

Finalmente, el tercer ejercicio se llevará a cabo el martes 12 de junio en Mérida, Yucatán, en el Gran Museo del Mundo Maya, y tendrá como temáticas economía y desarrollo, crecimiento económico, pobreza y desigualdad. Los subtemas para este encuentro son educación, ciencia y tecnología, desarrollo sustentable y cambio climático.

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