Más Información
Videojuegos, el nuevo gancho del crimen para captar menores; los atraen con promesas de dinero y poder
Trump declarará a cárteles como organizaciones terroristas; "fui muy duro con México, hablé con la nueva presidenta"
Operativo Enjambre: Detienen a 15 personas por obstruir captura del presidente municipal prófugo de Santo Tomás de los Plátanos
Óscar Rentería Schazarino, ha operado contra CJNG, Viagras y Templarios; es el nuevo secretario de Seguridad en Sinaloa
Más de 200 niños huérfanos por el crimen organizado en Sonora, disfrutan su posada; "queremos que su Navidad sea más feliz"
Ayer no hubo insultos ni gritos en el salón de plenos de la Cámara de Diputados. A las 11:30 horas el Palacio de San Lázaro abrió sus puertas para rendirle homenaje a uno de los suyos que el Covid-19 se llevó, como se ha llevado a casi 240 mil mexicanos: el coordinador parlamentario del PRI, René Juárez Cisneros.
La muerte del guerrerense unió a todas las fuerzas políticas en el pleno de la cámara y con frases como: “¡Te vamos a extrañar!”, “¡se fue uno de los grandes políticos” y “¡buen camino, negrito!”, aproximadamente 300 políticos despidieron al exgobernador y exlíder nacional del PRI.
Fue un día triste, serio y sombrío. Dos enormes fotos de René Juárez, una enorme Bandera Nacional cubriendo el féretro y arreglos florales blancos enlutaron la máxima tribuna del país.
Por momentos, y aunque muchos no dejaron de utilizar cubrebocas, el dolor, el gusto por ver a un compañero o el dar un abrazo o el pésame hacían olvidar la pandemia. Por instantes se aglomeraban hasta 30 personas.
Al Palacio Legislativo llegaron el líder nacional de Morena, Mario Delgado, quien se sentó junto a su sucesor en la cámara, Ignacio Mier, y con una curul de espacio el líder en el Senado, Ricardo Monreal... montaron guardias de honor; reapareció Emilio Gamboa.
Políticos de distintas ideologías montaron guardias de honor, muchos tocaban por unos segundos, reflexivos, el ataúd y la Bandera que lo cubría. Incluso, el líder panista Juan Carlos Romero Hicks, con voz entrecortada, dijo que México lo va a extrañar y besó el féretro.
Y sí, fue un día triste. A las 11:33 de la mañana por la puerta principal del pleno ingresó el féretro con los restos de René Juárez sobre los hombros de seis hombres. En su trayecto a la tribuna recibía aplausos. No había diferencias políticas, todos los diputados eran de una sola bancada.
Este homenaje luctuoso fue presenciado por su esposa, Virginia Campos Perea, y sus hijos René, Ana Marcela, María René, Carmen Andrea, Carlos Emiliano, Mariana, Ricardo y Atenas.
“En los recuerdos que animarán mi vida política y trayectoria personal estará siempre el de alguien congruente y consecuente en su vida personal y en su vida profesional. México ha perdido a un gran político”, dijo Mier.
“Pero, más que de la etapa final azotado por el virus, quiero hablarles de la vida de René, porque hacerlo da esperanzas a quienes creemos en la política como una vía para transformar la realidad injusta que nos rodea”, dijo Dulce María Sauri, presidenta de la Cámara de Diputados.
“Un demócrata en toda la extensión de la palabra, sabía que los métodos de democracia son las herramientas que tenemos para un cambio institucional. Sus amigos de justicia e inclusión social fueron sus motores de vida. Fue un político de altas miras, sagaz y eficaz”, dijo Juan Carlos Romero Hicks, líder del PAN.
Este martes, René Juárez regresó al recinto donde fue su último trabajo: la Cámara de Diputados, donde formó parte de un bloque opositor que, en algunas ocasiones, logró frenar la aplanadora de la Cuarta Transformación.