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T rompetas, violines y la letra de Amor eterno retumban en las paredes del Salón Tesorería de Palacio Nacional.

Al escucharla, el presidente Andrés Manuel López Obrador se balancea, su rostro se vuelve serio, esconde las manos, voltea al techo, ve al cantante, mira a los lados, sus ojos se llenan de lágrimas, aprieta los labios y las contiene. Su esposa Beatriz Gutiérrez le lanza un tierno gesto y le roza la barbilla con la mano.

De inmediato se piensa en esa imagen que López Obrador mantiene desde hace dos años, el 10 de mayo de 2017, en sus redes sociales y con la que recuerda a su madre, Manuelita Obrador, bajo la oración: “Amor eterno a Manuelita y felicidades a todas las mamitas”.

Ahora, tras su acostumbrada conferencia matutina, con mariachi, chocolates y regalos, el Presidente hace un sentido homenaje a las madres en su día.

En el recinto histórico, les lleva serenata a una veintena de ellas: obreras, doctoras, indígenas, funcionarias, enfermeras, líderes sindicales, deportistas, policías y también a aquellas que han sufrido por la violencia, a las que la delincuencia les ha arrebatado a sus hijos y a las que todavía buscan a los desaparecidos.

Su esposa Beatriz Gutiérrez, a su lado derecho, también lucha por contener las lágrimas, seguramente por ese recuerdo de su madre Nora, recién fallecida.

La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, intenta un dueto cuando el mariachi entona Mi Cariñito.

Toca el turno de las madres, que aún cuando es su día aprovechan la tribuna para pedir más apoyos al sector salud y reclamar por aquellas a las que les faltan sus hijos a causa del narco.

Hortensia Aguillón Álvarez, despachadora de gasolina y madre de dos niñas, muestra un peculiar respaldo: “Al Presidente le digo que nosotras las mujeres estamos con él, vamos de la mano y sabemos que esto no es fácil, pero también le vamos a chingar hombro con hombro con él. Se chingaron el país en 30 y tantos años, en cinco meses apenas vamos empezando a reconstruir”.

De blanco, la escritora Elena Poniatowska dirige sus palabras al cielo, a su madre, para decirle: “Es la primera vez que en tantos años un Presidente nos llama en una situación, en un lugar cálido, con voz sencilla y con algo que es tan importante: con amor, con cercanía”.

El Ejecutivo da un empujón a su esposa Beatriz Gutiérrez Müller para que hable. Es breve al decir que ser madre es un regalo, es una bendición y una fortuna.

Paola Espinosa, medallista olímpica en clavados, anuncia que quiere conseguir una tercera medalla.

Después de Las Mañanitas, Hermoso Cariño, Mujeres Divinas, Amor Eterno, Mi Cariñito, con su uniforme de enfermera, María Olivia López Silva cierra con un mensaje contundente: en la Selva Lacandona me tocó ver morir a muchas mujeres, es triste verlas partir por dejar a un hijo en vida.

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