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“¡Qué manera de legislar!”, diría Porfirio Muñoz Ledo, junto con un recordatorio materno.
Y sí, la Cámara de Diputados logró lo impensable: convirtió un receso que sería de cinco minutos, y luego de un día, en un puente de 14, para la gran mayoría de los 500 diputados.
El tiempo quedó suspendido gracias a una interpretación legal, así que en el mejor escenario los diputados regresarán y aprobarán el Presupuesto 2020 con fecha del 6, aunque sea 20 de noviembre.
Así, ajenos a las negociaciones presupuestales, pues sólo un puñado son oídas o recibidas por Hacienda, el resto de los diputados tuvieron su Buen Fin y días de asueto extra.
Sólo se mantuvieron firmes en San Lázaro y cuidando la plaza cerca de 6 mil personas de media docena de organizaciones demandantes de recursos que mantienen cercados los mil 718 metros de la Cámara de Diputados. El monto de sus demandas para liberar el acceso a San Lázaro: 33 mil millones de pesos; o les son otorgados o no se irán, dicen.
Los menos, unas mil personas de Sinaloa y Chihuahua, movilizados por Eraclio Rodríguez, productor de maíz y diputado de Morena, regresaron anoche a sus entidades, pero sin recursos.
El grueso de los movilizados seguirá en el bloqueo, pues para ellos —“las bases”, les llaman— también se suspendió el tiempo hasta recibir nuevas órdenes, y mientras, duermen, bailan, comen, cocinan, toman cerveza y ven televisión todo el día.
La Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) agasajó ayer a los suyos con mariachi y amenizó sus reuniones con una fiesta sin fin, posesionados de las puertas 1 y parte de la 2, en la calle Emiliano Zapata.
Los más privilegiados, cerca de 6 mil seguidores de Antorcha Campesina —personas humildes que al menos tienen tres alimentos del día— ahora tuvieron un plus: concursos de baile en pareja, competencias de salsa; danzas y bailables tradicionales protagonizados por el Movimiento Nacional de Danza de Antorcha; polka, danza bárbara de Guanajuato, jarabe tapatío, entre el repertorio.
“La gente antorchista participa libremente”, advirtió el vocero de la agrupación, Homero Aguirre, al recordar que tienen capacidad, si quieren, para un plantón diario hasta el fin del sexenio.
Pero tras aprobarse el presupuesto se irán a seguir movilizándose en Conagua, Secretaría de Comunicaciones o del Bienestar, anunció.
La capacidad económica es evidente: en torno a sus campamentos en San Lázaro instalaron un centenar de sanitarios móviles rentados; seis tinacos de más de 2 mil metros cuadrados; siete megacarpas semifijas (con estructura metálica), nueve templetes, cinco equipos de sonido profesional, al menos 2 mil colchonetas del Sistema Nacional de Protección Civil (SNPC), 20 autobuses de pasajeros estacionados; cinco camionetas de 2 toneladas.
Eso sin contar con la fuerza laboral de 6 mil adultos cuya vida está en suspenso, hasta nueva orden de movilización.
