El presidente Andrés Manuel López Obrador detonó la sucesión presidencial por anticipado, lo que no había ocurrido en la historia política reciente del país.
Según analistas y politólogos como José Antonio Crespo, Alfonso Zárate, Ana Paula Ordorica y Fernando Dworak, el Presidente adelantó los tiempos de la sucesión para quitar presión y cuestionamientos a sus dos aspirantes favoritos: la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum y al canciller Marcelo Ebrard por la tragedia de la Línea 12 del Metro, que el pasado 3 de mayo colapsó en el tramo elevado de la estación Olivo y cobró la vida de 26 personas.
Coinciden que el anticipo en la sucesión presidencial le sirve al Ejecutivo como distractor de los temas nacionales, como el manejo de la pandemia, la seguridad y la economía, pero también para controlar la narrativa y el proceso de sucesión tanto en Morena como en la oposición.
“Ya se empieza a ver. Eso de candidatear a la jefa de Gobierno no creo que haya sido algo planeado por López Obrador, simplemente lo toleró. El hecho de que Marcelo Ebrard dijera que está en la carrera presidencial hace que se le salga de control y se le vio molesto. Él, por supuesto, mantendrá la facultad de decidir quién será el candidato”.
Alfonso Zárate Flores, presidente de Grupo Consultor Interdisciplinario, considera que tras la tragedia del Metro que cuestiona a los dos principales aspirantes, el Presidente tiene que intervenir y menciona que no sólo son ellos, sino que además están los embajadores Juan Ramón de la Fuente y Esteban Moctezuma, entre otros, con la idea de quitarles presión a sus favoritos.
“En la época de oro del PRI, los presidentes, como gran elector, manejaban los tiempos y llevaban la discusión abierta del tema hasta después del quinto Informe de Gobierno, porque sabían que cuando hubiera un candidato presidencial su poder declinaba y toda la atención pública se centraba en el nuevo tlatoani, de tal manera que era de sabiduría política el no permitir que se adelantaran los tiempos”.
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Ana Paula Ordorica, periodista y analista de temas políticos e internacionales, señala que estamos en tiempos distintos de la lógica de cuando el PRI era partido hegemónico y tenía a un presidente que a partir del año cinco y medio dejaba de tener poder, “porque todo mundo empezaba a revolotear alrededor del sucesor. No se puede pensar que los próximos tres años López Obrador va a vivir a la sombra del destapado.
“Ahora Ebrard quiere ser candidato y quién sabe si lo vaya a ser por Morena. En una situación similar se encuentra Ricardo Monreal; entonces, creo que esta apertura tan temprana le permite al Presidente estar en la postura que le gusta: el modo de campaña de manera anticipada, sin que le quite poder, como ocurría en otros momentos en los regímenes del PRI”, aseveró.
Fernando Dworak, maestro en Estudios Legislativos por la Universidad de Hull, Reino Unido, señala que, más allá del control de daños de la Línea 12, con la anticipación el Presidente hace una carambola de tres bandas porque desde su punto de vista controla la sucesión presidencial, el proceso de sucesión dentro de Morena y la narrativa en los próximos años.
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“Es una carambola de tres bandas, [pero] se le puede descarrilar. Eso va a depender de qué tanta fuerza tengan los grupos opositores dentro de Morena. Está, por ejemplo, Monreal, que también ya manifestó su interés de buscar la Presidencia y tiene su propia base en su grupo parlamentario en el Senado, pero no me queda claro si van a tener la suficiente fuerza y disposición o será como en la pasada elección, que levantó la voz, cuestionó la encuesta, pero al final negociaron con él”, expuso.
Crespo apunta que haber adelantado los tiempos puede “distraer” a los aspirantes en medida que ya está abierto el proceso, pero antes jugaban a lo suyo por debajo de la mesa.