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El representante permanente de México ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), embajador Juan Ramón de la Fuente, planteó la reactivación de la iniciativa franco-mexicana para restringir el uso del veto ante el pleno del Consejo de Seguridad de la ONU.
Es necesario renovar, dijo el embajador De la Fuente, los esfuerzos de la comunidad internacional, enfocados en proteger a los civiles y garantizar el respeto al derecho internacional humanitario, en el contexto de los conflictos armados.
“Es necesario que se asuma la responsabilidad que implica el uso del llamado veto, ya que resulta inadmisible que una herramienta de procedimiento evite que el Consejo de Seguridad cumpla con sus obligaciones, especialmente cuando está en juego la vida de las personas”.
De la Fuente indicó que quienes usan el veto llevan al Consejo a una parálisis donde deberán asumir los costos políticos.
Propuso ante el Consejo de Seguridad que se retome la iniciativa franco-mexicana, que plantea que los miembros permanentes de este organismo se comprometan, de manera voluntaria, a suspender el uso del derecho de veto ante situaciones en las que se estén cometiendo crímenes de lesa humanidad, así como guerra y genocidio.
“La premisa es que el veto no es un privilegio, sino una responsabilidad”, mencionó.
A la fecha, añadió, 101 Estados Miembros de la Organización de las Naciones Unidas se han sumado a la iniciativa. Francia es unos de los cinco integrantes permanentes, junto con Estados Unidos, Rusia, China y el Reino Unido.
También se sumó Juan Ramón de la Fuente a la propuesta para que se consideren como crímenes de guerra los ataques al personal de salud en zonas de conflicto y se refirió a las restricciones que aún subsisten de acceso a la asistencia humanitaria, la cual debe ser ininterrumpida, segura y oportuna.
El 30 de septiembre de 2015, en el marco de la LXX sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, los encargados de las relaciones exteriores de México y Francia presentaron una declaración conjunta sobre el tema de la restricción del derecho de veto en el seno del Consejo de Seguridad en caso de crímenes en masa.
Con base en dicha declaración, la iniciativa se presentó para no resignarse ante la parálisis del Consejo de Seguridad cuando se cometan atrocidades en masa.
México consideró que recurrir al veto en situaciones de genocidio, crímenes de guerra o de lesa humanidad es compatible con el proyecto de sociedad que la comunidad internacional desea construir. En tanto, Francia afirmó que la idea central de la iniciativa es que el veto no sea un privilegio, sino una responsabilidad y un compromiso colectivo y voluntario de los miembros permanentes sin enmienda a la Carta de las Naciones Unidas.
El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas está integrado por cinco miembros permanentes y 10 itinerantes.
Así, en este órgano las decisiones se adoptan por mayoría de nueve votos y cualquier resolución se desecha si uno de sus cinco miembros permanentes hacen uso de su derecho de veto.
Desde 2013 Francia, con el respaldo de México, sometió una propuesta con el fin de iniciar debates sobre la restricción del veto en casos de crímenes de masa.