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Guerrero es el estado más violento del país en lo que va del sexenio federal, con un total de 9 mil 754 homicidios dolosos en los últimos cuatro años y 10 meses.

En estos índices le siguen el Estado de México, con 9 mil 733 asesinatos; Chihuahua tiene 5 mil 994; Jalisco, 5 mil 269; Baja California, 5 mil 232; Michoacán, 4 mil 888; Sinaloa, 4 mil 799; Veracruz, 4 mil 555; Ciudad de México, 4 mil 209; Guanajuato, 4 mil 97; Nuevo León, 2 mil 798; Morelos, 2 mil 638, según estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

De las muertes violentas en Guerrero, 4 mil 502 de las más de 9 mil se han registrado en la administración del priísta Héctor Astudillo Flores, quien asumió la gubernatura de la entidad en octubre de 2015.

Mil 897 ocurrieron en el interinato de un año del académico Rogelio Ortega Martínez, quien sustituyó al perredista Ángel Aguirre Rivero, quien gobernó la entidad del 1 de abril de 2011 al 23 de octubre de 2014, tras solicitar licencia al cargo luego de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014.

Entre 2013 y octubre de 2014 se contabilizaron 3 mil 355 homicidios dolosos en la entidad, azotada por la violenta pugna entre organizaciones criminales como Los Rojos, Guerreros Unidos, Los Ardillos, Los Tequileros, Gente Nueva, Los Beltrán Leyva, Los Caballeros Templarios, La Familia Michoacana, El Cártel del Sur, Cártel Independiente de Acapulco, Guardia Guerrerense, Sangre Nueva Guerrerense, Los Viagras y células de los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.

Homicidios internacionales

Información estadística del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) señala que en 2013 ocurrieron 2 mil 87 asesinatos en la entidad; en 2014, mil 514; en 2015, 2 mil 16; en 2016, 2 mil 213; y en el periodo enero-octubre de 2017 suman mil 924.

Al respecto, el vocero del Grupo de Coordinación Guerrero, Roberto Álvarez Heredia, reconoció que el estado vive una “crisis de seguridad” en la que al menos 15 grupos criminales se disputan diferentes territorios para el trasiego de drogas hacia Estados Unidos, principalmente heroína.

“Estamos en una situación de crisis de seguridad y el Grupo de Coordinación Guerrero, donde se integran las instituciones tanto estatales como federales, lo reconocen, no lo niegan y mucho menos lo minimizan”, admitió.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Álvarez Heredia expuso que el puerto de Acapulco sigue concentrando 80% de las muertes violentas que se reportan en el estado, después está la capital, Chilpancingo, y en tercer lugar el municipio de Chilapa.

“En tercer lugar estaba Iguala, localidad donde ocurrieron los trágicos hechos de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa; sin embargo, el problema de violencia nos brincó a Chilapa, municipio que en un momento dado se convirtió en el segundo más peligroso del estado, después de Acapulco”, indicó.

Chilapa, en disputa

El vocero del Grupo de Coordinación Guerrero afirmó que, por las condiciones propicias para la siembra, cultivo y cosecha de amapola, las bandas del crimen organizado se enfrentan por el control de Chilapa, un municipio enclavado en la montaña baja.

“La demanda de heroína ha crecido mucho en Estados Unidos y, por lo tanto, territorios como la montaña baja, donde está Chilapa, se han convertido en centro de disputa entre los grupos delictivos que operan en la zona que son dos: Los Rojos, que ahora se hacen llamar Los Jefes, y Los Ardillos, que protagonizan una confrontación directa, abierta, cruel y sin cuartel por el dominio de la siembra de amapola”, aseveró.

Reveló que las autoridades, tanto estatales como federales, se enfrentan en Guerrero a criminales que están adoptando nuevas formas de violencia, como la de prender fuego a sus víctimas dentro de vehículos.

“Comparados con los cárteles tradicionales, son grupos de menor número de integrantes, pero actúan con mayor ferocidad, son más extremos y crueles. Se puede observar un patrón en el crecimiento del número de personas desmembradas y cuerpos quemados“, indicó.

El funcionario afirmó que los enfrentamientos entre organizaciones delincuenciales por el control de plazas, han dejado “cascadas de ejecuciones, homicidios, cobro de cuotas y secuestros” en diferentes regiones del estado, sobre todo en aquellas zonas que son propicias para la siembra de amapola y distribución de diferentes tipos de drogas.

“Hay otra fuente de violencia, que son la presencia de grupos de armados, pero que se autodenominan comunitarios y autodefensas, que tienen una presencia en casi 50 municipios del estado. Muchos de estos grupos han surgido por la debilidad que se presenta en las policías municipales”, subrayó.

Las autodefensas

Hasta el momento, el gobierno de Guerrero tiene identificado el surgimiento de 12 grupos de autodefensa, entre los que se encuentran la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC); Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG); Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG); Policía Ciudadana y Popular (PCP); Policía Rural de la Sierra; Movimiento Apaxtlense Adrián Castrejón; Policía Tecampanera, Paz y Justicia; Movimiento por la Paz; Guardia Rural de Ejidos Unidos de Guerrero; Policía Paz y Justicia en Chilapa; Policía Comunitaria de Tlacotepec; Policía Comunitaria de Mezcala.

“En muchos de los casos surgieron por la debilidad que presentan las policías municipales, que en muchas localidades es inexistente y en otros municipios es insuficiente, entonces, esta debilidad en las fuerzas locales son la razón de que los espacios se van llenando con autodefensas o grupos comunitarios, que están al margen de la ley y con el riesgo de que orienten sus actividades al interés de los cárteles”, refirió.

Álvarez Heredia aseguró que la crisis de seguridad está siendo combatida con acciones coordinadas entre fuerzas estatales y federales; sin embargo, dijo que “si no fuera por el Ejército, Guerrero estaría en una situación muy complicada”.

Precisó que la violencia en la entidad es por la fragmentación de los cárteles en pequeñas bandas muy “extremas y crueles”.

“La goma de opio, que se traslada a Estados Unidos para convertirse en heroína, en muchas ocasiones la transacción no se hace con dinero, se hace con armas, entonces existe una transportación de armas que llegan a Guerrero y son las responsables de la situación de violencia que vive el estado”.

Asunto de seguridad nacional

Al respecto, el escritor y periodista, Héctor de Mauleón, quien ha dado seguimiento a la situación en Guerrero, consideró que el problema de inseguridad debe ser abordado por el gobierno como un asunto de seguridad nacional.

“Son más de 10 organizaciones criminales las que se han repartido el estado y lo han metido en una espiral que no se había visto en la historia de Guerrero”, comentó.

El columnista de EL UNIVERSAL señaló que la entidad se convirtió en el productor y en el mercado más poderoso de amapola en el mundo, por lo que “el dinero que está generando hace que los recursos que tiene el crimen organizado sean ilimitados, entonces el desnivel es visible, palpable.

“No se ha querido atender la situación debidamente, ya hubo un llamado de atención con el caso Ayotzinapa, fue un suceso que provocó la caída del gobernador, que desató la peor crisis en el sexenio de Enrique Peña Nieto, y las muertes no paran”, comentó.

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