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horacio.jimenez@eluniversal.com.mx
Era el 1 de julio de 2009. Germán Martínez Cázares, entonces líder nacional del PAN, acudió al Parque Fundidora, en Monterrey, Nuevo León, a cerrar campaña con su candidato a gobernador, Fernando Elizondo. Había que echar toda la carne al asador pues en esas elecciones era “matar o morir”.
Cuatro días después, el 5 de julio, el originario de Quiroga, Michoacán, se enfrentaría a la prueba política más importante de su carrera: las elecciones intermedias del sexenio de uno de sus mejores amigos, Felipe Calderón.
En aquella ocasión, Germán Martínez le dio una entrevista a EL UNIVERSAL, en la que fijó su piso para continuar en la dirigencia nacional del PAN: mantener la mayoría en la Cámara de Diputados y que el blanquiazul obtuviera una gubernatura más de las que ya tenía y estaban en juego.
Pero obtuvo una de las peores derrotas del PAN de su historia. Esa misma noche, del 5 de julio, Germán Martínez, reunido con su equipo cercano en su casa de Las Águilas, tomó la decisión: “Voy a renunciar”.
Al día siguiente, el michoacano acudió a Los Pinos a reunirse con el presidente Calderón y esa misma noche dio un mensaje desde el CEN panista, en el que aseguró: “La derrota es el momento más claro para demostrar que en el PAN hay dignidad (...) he tomado la decisión de renunciar”.
Germán Martínez siempre ha sido polémico. Quienes lo conocen lo describen como un hombre de carácter fuerte, inteligente, de un humor ácido, con mucha determinación y valiente, “cuando toma una decisión, no se echa para atrás”.
Se alejó por 10 años de la escena pública y se refugió en su alma mater, al ser maestro y director de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle (2011-2014). Está por cumplir 52 años. Militó por 30 años en el PAN (1988-2018).
Envuelto de nueva cuenta en la polémica, Germán reveló que López Obrador lo invitó a ser fiscal General de la República, pero no aceptó la invitación, aunque ahí comenzó el acercamiento.
El expanista defendió al Presidente en todos los espacios públicos, se convirtió en senador plurinominal de Morena y pidió licencia para ser director del IMSS. A su llegada dijo que este instituto poco a poco se estaba “michoacanizando”. Hay que recordar que en 2018, antes de renunciar a la dirigencia panista, Germán prometió “guanajuatizar” al país.
Este martes lo volvió a hacer: Germán sacudió a la Cuarta Transformación con la primera renuncia en el gabinete legal y ampliado del presidente López Obrador.
Al salir del Seguro Social, Germán quedó, dicen sus cercanos, como un político valiente que no le tiene miedo a la dimisión. Aún no se sabe si volverá al Senado.