Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública, negocia con el gobierno de Estados Unidos para evitar un juicio, se reveló ayer.
En documento judicial, que es público y obtenido por EL UNIVERSAL, señala que García Luna y Estados Unidos están “involucrados en negociaciones, que se cree es probable que resulten en una disposición de este caso sin necesidad de juicio y solicitan una exclusión de tiempo [un retraso] para concentrar esfuerzos en las pláticas, sin correr el riesgo de que, pese a las diligencias, haya tiempo razonable para preparar eficazmente un juicio”.
En el documento aparecen las firmas tanto de García Luna como de la fiscalía del Distrito Este de Brooklyn, Nueva York. En la corte de ese Distrito se realizaría el juicio en caso de que éste proceda.
En una primera audiencia en Brooklyn, realizada el pasado 3 de enero, el exfuncionario mexicano se declaró no culpable de los cargos que se le imputan: tres por conspiración para tráfico de drogas y uno por falsedad de declaración. Existen dos escenarios: que en efecto se llegue a un acuerdo para colaborar con la Justicia, logre una reducción de sentencia y evite un juicio, o que no se concrete, lo que implicaría que será enjuiciado. De ser declarado culpable enfrentaría una sentencia mínima de 10 años, y máxima de cadena perpetua.
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El caso se efectuaría en la misma corte que enjuició a Joaquín El Chapo Guzmán Loera, quien fue condenado a cadena perpetua.
La defensa había indicado que solicitaría fianza para García Luna, pero la fiscalía alega riesgo de fuga y exige que permanezca detenido. Por lo pronto, se le fijó nueva audiencia para el 21 de enero, por lo que permanece en el Centro de Detención Metropolitano, en Brooklyn.
De acuerdo con el Buró de Prisiones (BOP, por sus siglas en inglés), García Luna fue registrado ahí con el número 59745-177.
Según los documentos judiciales de la acusación revisados por EL UNIVERSAL, Estados Unidos le imputa que “abusó de su posición pública para ayudar al Cártel de Sinaloa a traficar cocaína a la Unión Americana. A cambio de sobornos multimillonarios permitió al cártel operar con impunidad en México”.
Las actuaciones delictivas de García Luna ocurrieron entre 2001 y 2012, periodo en el que fue primero titular de la Agencia Federal de Investigación (AFI), con Vicente Fox, y después secretario de Seguridad Pública, con Felipe Calderón.
“El acusado priorizó su avaricia personal sobre sus deberes jurados como servidor público, y aseguró el éxito continuado y la seguridad de una de las más importantes organizaciones traficantes del mundo”, señalan los documentos judiciales.
Sobre la falsedad de declaración, García Luna incurrió en ella cuando, en su intento de naturalizarse estadounidense, en 2018, negó que hubiera cometido algún crimen.
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El nombre del llamado superpolicía salió a relucir durante el juicio contra El Chapo, concretamente en el testimonio de Jesús El Rey Zambada, hermano del capo Ismael El Mayo Zambada, en noviembre de 2018. El testigo aseguró que en más de una ocasión él mismo entregó maletines con cantidades de entre 3 y 5 millones de dólares a García Luna en un restaurante de la Ciudad de México a nombre suyo y de su hermano, hechos corroborados por otros testigos protegidos en Estados Unidos. En conjunto, y sumando sobornos de los Beltrán Leyva, el exsecretario recibió, según El Rey, al menos 56 millones de dólares.
A cambio, García Luna permitía envíos seguros de droga, además de entregar información sensible de investigaciones contra los cárteles y de organizaciones rivales. El exsecretario asegura que la acusación es “falsa, inverosímil y sin fundamento”.
El exfuncionario fue detenido en Dallas, Texas, el pasado 9 de diciembre, aunque tenía su residencia en Miami. Se desconoce a la fecha la razón por la que estaba en ese lugar, donde compareció dos veces antes de ser trasladado a Nueva York.
Las autoridades estadounidenses consideran a García Luna una figura clave que puede proporcionar información valiosa, de ahí su interés en alcanzar un acuerdo con él.
Lejos de su figura de hombre fuerte, García Luna se ha mostrado en sus comparecencias en Estados Unidos cansado, angustiado y desaliñado. Esposado de manos y tobillos, se le vio el 3 de enero al borde de las lágrimas.