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Los ex integrantes del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) insisten en que aún “no está escrita la verdad” sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero.

Carlos Beristain, Ángela Buitrago, Francisco Cox y Alejandro Valencia presentaron el libro Metodología de Investigación Búsqueda y Atención a las Víctimas, un manual elaborado a partir de las investigaciones que realizaron sobre lo sucedido en Iguala, Guerrero, para enfrentar casos de desaparición forzada.

“Falta escribir la verdad del caso en toda su extensión y sobre eso pienso que falta algún tiempo para que, primero, se canalice toda esta información; segundo, se acepte que es un tema muy importante y que puedan acercar esa verdad”, indicó Ángela Buitrago.

En el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la abogada colombiana lamentó que la Procuraduría General de la República (PGR) se haya centrado en la tesis del basurero municipal de Cocula y no haya profundizado en las líneas de investigación de Huitzuco y Pueblo Viejo.

En el marco del tercer aniversario de los hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014, la socióloga Ángela Buitrago aseguró que el “peor” error de la PGR fue no haber agilizado la investigación y haber generado una interpretación sin ver todo el contexto.

“Yo no lo llamaría fracaso, lo llamaría problema, porque no ha terminado la investigación y yo todavía sigo siendo muy ilusa y optimista, espero que funcione algún día”, dijo.

Recordó que en los dos informes que realizó el GIEI se dejaron seis líneas de investigación; sin embargo, las autoridades de la PGR “se casaron” con la idea de que los estudiantes fueron incinerados en el basurero de Cocula.

“Si se casan con un idea, es muy difícil que salgas porque sí, nosotros queríamos un divorcio para efectos de que se pudiera entender que había seis hipótesis más que teníamos que trabajar”, agregó.

Buitrago afirmó que la PGR desperdició “valiosos” informes de la UNAM y del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) que estaban en el expediente, pero nunca fueron evaluados.

“La experiencia nos permite decir que las investigaciones en muchos casos fracasan porque no se ve todo el contexto, el gran problema que hubo en el caso de Ayotzinapa es que siempre se habló de crimen organizado, pero nunca se estructuró la organización, cómo estaba construida y cuál era la jerarquización de esos aparatos de poder”, expuso.

Francisco Cox aseguró que la Procuraduría General de la República (PGR) tiene una “excesiva” dependencia en los testimonios, situación que vieron en el caso de los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa.

“En el libro nosotros insistimos sobre la necesidad de contar con pruebas objetivas, para que cuando una persona guarde silencio o se desdiga de su declaración anterior no tumbe toda una línea de investigación”, indicó Cox.

Carlos Beristain aseguró que fincar responsabilidades sobre lo que ocurrió hace tres años ayudará a destrabar mecanismos de impunidad que tienen que “quebrarse en México para romper ese círculo de violencia y violación a los derechos humanos”.

Reveló que el extinto Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) estuvo a punto de irse del país por voluntad propia durante las pesquisas , “pero queríamos dejar algo de continuidad” en los expedientes.

Anunció que próximamente se presentará un estudio sobre el impacto sicosocial en las víctimas del caso Ayotzinapa, que será realizado en conjunto con la organización Fundar.

“Esto va a dar continuidad a lo que nosotros hemos hecho en el primer tomo del informe y va a poner puentes en este proceso”, aseguró Beristain.

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