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Con ademanes de saludo a la distancia, José Antonio Meade sube al escenario donde rendirá protesta como candidato del PRI a la Presidencia de la República ante 18 mil 920 delegados convencionistas que ocupan el Foro Sol por entero, en una mañana de calorcito tipo acapulqueño.
Juana Cuevas, su esposa, quien lo ha acompañado en la precampaña, llegó con el él tomada de la mano. Presenciará el momento en que Rubén Escajeda Jiménez, presidente de la Comisión Nacional de Procesos Internos le extiende la constancia de candidato presidencial del PRI, la que tantos quisieron y aquí están como testigos del ritual con que soñaron.
Escrito está (en un guión) que mostrará el documento al público que ocupa en su totalidad las gradas y la explanada que se forma en la curva peraltada del Autódromo Hermanos Rodríguez, que tiene como fondo la cúpula del Palacio de Los Deportes.
Se oye un torneo estrepitoso de porras, matracas, tambores y gritos del animador del evento que antes presentó a un imitador de Juan Gabriel, al mariachi de la CTM y otras amenidades. Quién se presenta como “Yo mero”, en los días en que hay un “ya sabes quien”, ya no es “pre”, ahora ha sido elevado a “candidato electo”.
La multitud sigue al animador del evento, quien grita una porra tradicional de “chiquitibum”, y luego se pide a la gente ponerse de pie para oír la rendición de protesta. Meade Kuribreña va y viene en esa gran plataforma que es la cabecera del evento, se le cae un papel y en un segundo lo levanta del piso, lo deja en el atril cercano que tiene un escudo chiquitito del PRI.
El presidente del CEN priísta, Enrique Ochoa Reza, ha subido al escenario donde unas 200 personas tienen lugares y enmarcarán la presencia de Meade Kuribreña durante la lectura de su mensaje.
Candidato y dirigente, de trajes negros y camisas blancas, ambos vienen sin corbata. Pero se ha dicho que el momento es significativo. Ochoa Reza le toma la protesta estatutaria. Incluye un compromiso de gobernar (si gana, claro) apegado a los principios de la Revolución.
El “sí, protesto” de Meade en rigor es el momento culminante de la mañana. Ocurre a las 10:30 horas. “Vamos con Meade, Vamos con Meade”, aclama Ochoa Reza.
Meade Kuribreña exclama: “¡Lo hago por México y los invito a todos, vamos por México!”
Abajo, la clase política priísta los observa. Están la secretaria general, Claudia Ruiz Massieu; los líderes de los senadores, Emilio Gamboa Patrón; de los diputados, Carlos Iriarte Mercado; la plana de gobernadores, de ex presidentes del partido; el cuadro de líderes como Arturo Zamora (CNOP), Ismael Hernández Deras (CNC), así como Joel Ayala Almeida, presidente de la FSTSE. Los candidatos al Congreso de la Unión.
El Foro Sol es un mosaico de militancias de los estados y una colección de grupos de porristas de campaña. Quizá los decanos sean los petroleros, que se sueltan a todo pulmón con su repetición sin fin: “Petroleros Pepe Meade”, y ensordecen, no dejan escuchar al candidato. Los Jóvenes en Red son una caja de resonancia de entusiasmo. Todo es de maravilla, aún.
Pasan 15 minutos desde que ha rendido protesta y, oh, se empiezan a ver claros en las gradas. La gente en acción hormiga se ha empezado a ir cuando el doctor en Economía expone compromisos, ideas y programas, su voz compite con el escándalo, los gritos de adhesión.
Interfiere su mensaje el animador del evento con una porra: “¡Peña, Peña, Peña”. Y continúa sin mencionar por su nombre al PRI, “aquí está la cuna de las instituciones”, y pinta su raya: “Que se escuche en todo el país, nuestra única obligación, pacto y alianza es con México: Todos con México”. La gente de las lejanas gradas se ha estado yendo, sobre todo las de las partes altas, en los extremos. Meade Kuribreña sigue imperturbable, como si no viera esas escenas de pesadilla para un político. Y señala: “De ustedes depende el futuro; estamos ante una de las batallas más difíciles”.
Cientos de asistentes ya no oyeron esos votos, pero sí la dirigencia del priísmo cuyas siglas no fueron mencionadas, pero sí el #YoMero, frase, lema, marca, de Meade Kuribreña.