Señor Director:
Con fundamento en los artículos 1,6, 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 10, 11, 12 y demás relativos y aplicables a la Ley Reglamentaria del Articulo 6°, Párrafo Primero, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de derecho de réplica; de manera respetuosa y pacífica vengo a solicitar que se aclare la información inexacta y falsa que fue escrita y publicada el 15 de agosto del año 2017, en el diario EL UNIVERSAL y en la página web de eluniversal.com.mx; en la columna denominada Serpientes y Escaleras, siendo que aparece como título Los enemigos de Lozoya y la leyenda Lozoya no sólo debe responder por Odebrecht, sino por todas las decisiones y acciones que dejaron a Pemex en bancarrota.
Para tal efecto me permito solicitar se lleve a cabo la publicación con las características similares y la relevancia que le dieron a la nota que causa un agravio personal y directo al suscrito, siendo los hechos que deseo aclarar y el texto de las aclaraciones de mi réplica las siguientes:
“Doy respuesta a su columna del día 15 de agosto del año 2017, en la que vuelve a hacer referencia a mi persona en diferentes temas, todos de nuevo, con profundo y total desconocimiento y falta a la verdad. Primero, en varias ocasiones ha aseverado tener información de mi supuesto círculo cercano. Defínalo, no se atrinchere en chismes. Miente usted al decir que yo he hecho referencia a la señora Nuvia Mayorga Delgado como receptora de supuestos recursos ilegales. Primero que nada, la señora Nuvia Mayorga Delgado merece mi mayor respeto como profesional. Asimismo le asevero que jamás le entregué recursos de mi parte. Usted difama sin fundamento con sus supuestas fuentes, que más bien me parecen diatribas de ínfima calidad. Del mismo modo, me ha atribuido comentarios anónimos sobre ocultación de información. De nueva cuenta le digo, sus dichos son cobardes si no menciona a su supuesta fuente.
Respecto a los otros temas que comenta, como el endeudamiento de Pemex, reflejan claramente su profunda ignorancia sobre temas financieros y económicos. Le sugiero que vea la proporción de impuestos a ingresos que pagó la empresa de 2013 a 2015. El endeudamiento lo aprueba el Consejo de Administración de Pemex y el régimen fiscal, que cambió durante mi gestión, hoy lo aprueba el Congreso de la Unión. No estoy escondido, como lo menciona mañosamente. He dado la cara y desde hace tiempo he estado dispuesto a declarar ante la Procuraduría General de la República. No tengo nada que ocultar, pero no pretendo litigar en medios.
La peor caída en la producción de Pemex sin duda no ha ocurrido bajo mi gestión. Usted parece ser de los todólogos que se enfocan en el éxito de empresas con base en sus unidades de producción, y no en la rentabilidad antes de impuestos de la producción, que para Pemex es una variable fundamental”.
Por todo lo anteriormente expuesto, espero que den cabal cumplimiento a las normas que rigen el derecho que toda persona tiene en México para replicar sobre información inexacta y falsa que se publica, ya que es evidente que su publicación causa un agravio a mi honor, imagen, reputación y vida privada.
Respuesta del columnista
Con gusto le doy respuesta a sus afirmaciones de que yo lo difamé y que falto a la verdad al decir que usted debe responder, ante la justicia y ante los mexicanos, no sólo por las acusaciones que se le hacen de haber pedido y recibido en cuentas de paraísos fiscales 10 millones de dolares en sobornos de la empresa Odebrecht, sino también por la situación lamentable que dejó en Pemex, la empresa petrolera nacional.
¿Es faltar a la verdad decirle lo que muchos mexicanos exigen y esperan?: que usted rinda cuentas sobre su actuación como funcionario público. A eso lo obliga la ley y si no lo ha hecho no es por qué no se lo hayan requerido desde el Congreso, diputados y senadores de varios partidos, sino porque usted se siente impune y se sabe protegido.
No soy experto, efectivamente, en cuentas ni balances sobre “ganancias y producción de las empresas” ni ignoro tampoco que buena parte del problema financiero de Pemex es por el excesivo cobro de impuestos que le hace la Secretaría de Hacienda; pero no necesito ser experto para darme cuenta de lo que todos los mexicanos vimos y atestiguamos en sus cuatro años al frente de la empresa petrolera que, según la ley, es “de todos los mexicanos”: usted dejó a Pemex al borde de la quiebra, con una deuda creciente y con una de sus cifras más bajas de producción y con gastos onerosos y millonarios, en decisiones y compras que usted firmó, y que resultaron en pérdidas también millonarias para la empresa.
Y no le menciono las denuncias y acusaciones de corrupción que varios empresarios y contratistas del sector petrolero hacían sobre usted y su equipo cercano al que yo no necesito identificar porque usted los contrató y los conoce bien. Eran ellos los que cobraban por citas a empresarios para poder verlo a usted y los que, igual que usted, se conducían con excesos y gastos onerosos en restaurantes, viajes y demás gastos superfluos.
Sobre las afirmaciones de algunos de esos “cercanos” suyos, le reitero que sí, me las dijeron y si no revelo su identidad es porque la ley me permite proteger a mis fuentes, no porque yo invente “chismes” o afirmaciones que ellos me transmitieron y que ellos se las atribuyeron a usted sobre nombres y personajes que, según usted, supieron a dónde fueron a parar los recursos ilegales que, según afirman tres directivos de Odebrecht del más alto nivel, usted les pidió y les proporcionó las cuentas para que le depositaran entre marzo de 2012 y el año 2014, en su papel primero de coordinador de Asuntos Internacionales de la campaña presidencial del PRI y luego de director de Pemex.
En todo caso, señor Lozoya, tiene usted razón, no litigue en los medios ni se preocupe tanto por lo que de usted se opina en ellos. Al final en donde sí tiene que litigar y responder es ante la justicia. Y ahí sí tendrá usted que probar su inocencia.
COMPROMISO CON LA PRECISIÓN
precision@eluniversal.com.mx
EL UNIVERSAL da la bienvenida a sus observaciones sobre errores o imprecisiones.