Más Información
Denuncian agresión de presuntos militares contra trabajadores en Tamaulipas; una de las víctimas falleció, tenía huellas de tortura
Elección judicial: Aspirantes a cargos comparten carta de motivos y hasta currículum; “Justicia no debe ser inaccesible”, afirman
México hablará con Trump sobre el T-MEC en febrero; no es obligación del país tener órganos autónomos, afirma Ebrard
justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
La discriminación y situaciones como el acoso sexual en el ámbito laboral limitan el desarrollo profesional de las mujeres, por lo que deben crearse ambientes seguros en los centros de trabajo que garanticen el ejercicio de sus derechos laborales, advirtieron especialistas.
Entre enero de 2013 y diciembre de 2017 la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (Profedet) recibió 2 mil 523 quejas de mujeres por hostigamiento y acoso sexual en los centros de trabajo, en 954 casos relacionados con acoso se les despidió a ellas y 939 por hostigamiento. En cuanto a las rescisiones laborales, cuando termina la relación de trabajo a petición de una de las partes involucradas, se registraron 189 por acoso y 431 por actos de hostigamiento.
De las 19.7 millones de mujeres que trabajan o laboraron alguna vez, 26.6% ha experimentado algún acto violento, principalmente de tipo sexual y discriminación por razones de género o embarazo, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). El organismo señala que la discriminación, las agresiones sexuales y las de tipo emocional, como las humillaciones, degradación e intimidación son los tipos de violencia más frecuentes en el trabajo.
El 66.1% de las mujeres ha enfrentado al menos un incidente de violencia por parte de cualquier agresor en su vida, mientras que 43.9% de ellas han sufrido violencia por parte de su actual o última pareja, esposo o novio, a lo largo de su relación. En los espacios públicos o comunitarios, 34.3% de las mujeres han experimentado algún tipo de violencia sexual.
Entre 2014 y 2016, las entidades que presentan las tasas más altas en homicidios de mujeres son Baja California, Colima, Chihuahua, Guerrero, Estado de México, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Sinaloa, Tamaulipas y Zacatecas, indican cifras del Inegi.
Para Alejandra Negrete Morayta, titular de la Profedet, se requiere visibilizar el acoso sexual en el trabajo y sensibilizar a los patrones para investigar los casos que se presenten, puesto que muchas mujeres se quedan calladas cuando atraviesan por este tipo de situaciones al pensar que nadie les va a creer o no recibirán apoyo, lo cual impacta en su desarrollo profesional.
“Cuando te ves sometida a este tipo de cuestiones, en muchas ocasiones dejas el trabajo, renuncias y no existen los canales institucionales adecuados, te aíslan y te hacen ver como persona problemática sin mayores oportunidades, lo que afecta a la salud física, emocional y sicológica, lo que resta oportunidades, eso impacta directamente en el desarrollo profesional”, indicó.
Detalló que las situaciones de acoso y hostigamiento son muy difíciles de comprobar, porque son prácticas que se realizan al amparo de la “secrecía” y difícilmente se cuenta con testigos que respalden las acusaciones, por lo que suelen no ser castigadas.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) detalla que el acoso sexual consiste en insinuaciones sexuales indeseables o en un comportamiento verbal o físico de índole sexual que pretende interferir en el requerimiento laboral de una persona o crear un ambiente intimidante, hostil u ofensivo.
La titular de la Profedet destacó que para combatir y prevenir el acoso sexual en el trabajo, el primer paso es hablar sobre ello y generar un mecanismo institucional tanto en el ámbito público como privado, a fin de ser una orientación para las mujeres que sean acosadas; los patrones, enfatizó, deben ser sensibles ante estas situaciones, investigar cuando se presente un caso y sancionarlo.
Marcela Eternod Aramburu, secretaria ejecutiva del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), comentó que se debe fortalecer la prevención de las prácticas discriminatorias de las mujeres y fomentar espacios seguros para ellas, tanto en el ámbito laboral como en el escolar y el comunitario.
Destacó que situaciones como el acoso sexual en el trabajo o prácticas discriminatorias, como el despido por embarazo, inhiben la participación de las mujeres en el mercado laboral, dado que muchas mujeres prefieren renunciar a su trabajo o dejan de aspirar a puestos laborales con tal de no padecer este tipo de violencia.
Érika Chafino, directora de Mercadotecnia de Grupo Human, comentó que aún prevalecen muchos prejuicios en torno a la mujer que limitan su desarrollo en el ámbito laboral y resaltó que se requiere de mayor educación y difundir que hombres y mujeres pueden ser igual de productivos.