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alberto.morales@eluniversal.com.mx
Los senadores que son dirigentes sindicales como Joel Ayala, Isaías González, Tereso Medina, Armando Neyra Chávez y Carlos Romero Deschamps tienen algo en común: acumulan ausencias, tienen escasa participación en tribuna y realizan poco trabajo legislativo, aunque reciben 117 mil 440 pesos mensuales de salario, igual que los demás.
Todos ellos son legisladores del PRI, líderes sindicales y además se caracterizan por su escasa asistencia a las sesiones del Senado, porque no suben al pleno y su trabajo en comisiones apenas se nota, pero cobran igual que sus compañeros legisladores.
Carlos Romero Deschamps, líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), nunca ha subido a tribuna y en sus cuatro años de legislador sólo ha presentado 14 iniciativas.
El senador Armando Neyra Chávez es líder de la CTM, ha sido legislador desde 1982 y solamente ha suscrito una iniciativa en sus cinco años como senador.
Joel Ayala Almeida, líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), ha sido legislador desde 1979 a 2009 y ahora como senador de la República por la vía plurinominal y ha promovido tres iniciativas con sus compañeros de bancada y suscrito otras cinco.
En la lista sigue Isaías González, secretario general de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), quien ha promovido tres iniciativas y ha suscrito ocho más, así como su compañero Tereso Medina Ramírez, líder de la CTM en Coahuila, quien sólo ha promovido una iniciativa y ha suscrito tres iniciativas más con sus compañeros legisladores.
Para el doctor Luis Carlos Ugalde, director de Integralia, una consultaría que evalúa el trabajo del Congreso, depende de qué legislador se trate.
Empero, señaló que el senador Joel Ayala durante los últimos 10 años ha sido uno de los legisladores que, ya sea “como diputado o senador, de más pobre desempeño, porque siempre aparece en el peor de los lugares en todas las dimensiones que se mida. Él, me queda claro, no ha sido un buen legislador”, comenta.
El ex consejero presidente del extinto IFE dijo que los espacios que ocupan los líderes sindicales son parte de los cargos que dan los partidos a cambio de apoyos.
“Muchas veces la mayor parte de los legisladores no hacen el trabajo para el cual fueron electos, que es producir buenas leyes y hacer un trabajo de supervisión del Poder Ejecutivo, esas son las principales funciones de los legisladores. Pero la mayor parte, sean o no líderes obreros no hacen ese trabajo”, afirma el ex funcionario electoral.
Para Diego Díaz Iturbe, director de la asociación civil Impacto Legislativo, coincidió en que sus espacios responden al corporativismo que el PRI tiene sobre los sindicatos.
“Fueron una ficha muy clave en las reformas estructuras, en particular el sindicato de Pemex en la reforma energética y la CTM en la reforma laboral, básicamente en mantener una posición de quedarse callados y apoyarla”.
Díaz explicó que en la reforma energética, Romero Deschamps nunca subió a hablar en tribuna, cuando claramente era una cuestión que iba a golpear a su sindicato.
“Se quedó callado. En contraste, la líder sindical que no se alineó a los intereses del Pacto por Mexico fue Elba Esther Gordillo y se presentaron cargos legales en su contra”, dijo.
Consideró que estos liderazgos no son necesarios para el país, porque no aportan a la Legislatura, ni ideas, ni defienden a sus agremiados, sólo ocupan espacios y fueros. Sin embargo, expresó que son necesarios para los partidos para que estos puedan contar con los números suficientes en las leyes o reformas estructurales que ya se votaron.
Díaz Iturbe dijo que debe pensarse en una mejor forma de evaluar a los legisladores, para que aquellos que no tengan un mínimo de participación y asistencia en comisiones, si no sirven, que se vayan.
Fernando Dworak, maestro en Estudios Legislativos en la Universidad de Hull, Reino Unido, aseguró que los senadores que son líderes sindicales, están ahí, no tanto porque sean técnicos, expertos o legisladores activos, sino porque son necesarios para la gobernabilidad del PRI.
“El PRI no sólo los tiene por ser titulares de un gran pacto corporativo, sino que, además de todo, a través de ellos y lo que representan se tejen las nuevas leyes, como [por ejemplo] del Derecho Laboral”.
Aseguró que personas que no aparecen en escena, que no están bien evaluadas en criterios cuantitativos, como los otros, pero en las reformas importantes, como la laboral o la energética, que tienen que pasar por ellos, pueden modificar las leyes por el boicot que podrían hacer, si esas iniciativas pasan por encima de ellos.
“Incluso se menciona que cuando se dio el debate de la reforma energética, se tuvo que presionar a Romero Deschamps con otro tipo de herramientas”.
Para Dworak, los líderes legisladores son puntos de referencia necesarios en aquellos temas que tocan sus áreas laborales.
Asistencia a sesiones. De acuerdo con el registro de asistencias que lleva el Senado en su página web, de las 350 sesiones que ha llevado a cabo la Cámara Alta, hasta el pasado 23 de noviembre, el senador Joel Ayala ha asistido sólo a 62%.
Es decir, Ayala ha pasado lista en 216 sesiones, ha justificado 130 de sus ausencias y sólo en una ocasión le han descontado un día de su dieta por una ausencia que no pudo justificar.
El líder petrolero Carlos Romero Deschamps tiene registradas 315 asistencias al pleno, pero ha justificado 27, se ha ausentado en tres ocasiones y ha estado ausente en cuatro ocasiones por comisiones oficiales.
El líder de la CROM, Isaías González ha asistido en 303 ocasiones a las sesiones del pleno, ha justificado 42 ausencias y ha faltado cuatro veces con motivo de comisiones oficiales.
El senador Tereso González, quien asumió funciones en septiembre de 2015, tiene registradas 98 asistencias a la sesiones del pleno, tres ausencias justificadas y ocho ausencias por comisiones oficiales.
El senador Armando Neyra tiene registradas 348 asistencias al pleno y sólo dos ausencias justificadas.