El director de Integralia, Luis Carlos Ugalde , advirtió que el desafío de la mayoría legislativa de Morena, durante la negociación presupuestal, será apoyar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, para luego exigirle cuentas de cómo ejerció el gasto .

“El desafío de Morena es diferenciarse del PRI de los 80, 90 y del Siglo XX” pues siendo hegemónico –como hoy lo es Morena- aprobó el presupuesto tal como lo enviaba el Presidente, sin cambios, a veces con la firma del dictamen en blanco y sin seguimiento a su ejercicio", planteó.

Cuando se conozcan cuáles programas locales de desarrollo social se consolidan o desaparecen” habrá conflictividad aún no dimensionada “y en ese momento, el nuevo gobierno tendrá dos alternativas; seguir adelante y resistir esa presión política y de alguna forma traicionar entre comillas muchas bases políticas de López Obrador o bien, ceder” y no cumplir con propuestas de campaña de mejorar el ejercicio de gasto, indicó.

Ugalde, director de Integralia Consultores, y la consultora Ximena Mata Zenteno, presentaron este martes su libro “La negociación política del presupuesto 1997-2018”, en el que exponen cómo ha evolucionado el proceso presupuestario y plantearon propuestas a la nueva conformación de la Cámara de Diputados.

Ubicó que una primera fase es la del PRI; era hegemónico y el Presidente de la República imponía su presupuesto cada año. En la segunda, de tres años, la Secretaría de Hacienda sí negociaba el presupuesto y surgió el federalismo fiscal en que los gobernadores a través de sus diputados votaban el presupuesto sólo si tenían más recursos para sus estados.

Pero con la llegada del PAN en el 2000, y hasta el 2012 con un PRI fuerte, se inauguró el “clientelismo presupuestario”, consistente en la negociación de gobernadores y alcaldes directamente con diputados a cambio de recursos millonarios o “moches”.

Fue un mecanismo de gobernabilidad que derivó en uso clientelar del presupuesto que se mantiene a la fecha; se institucionalizó el Ramo 23, el llamado “fondo de los moches”; se establecieron fondos de 10 mil a 20 mil millones de pesos y la posibilidad de que cada diputado pudiera disponer 10, 20 millones de pesos, “un mercado de sobornos” en el que alcaldes o gobernadores compraban legisladores, votos a cambio de recursos.

Hoy inicia una cuarta etapa en que Morena es hegemónico y habría que ver cómo se conduce, dijo Ugalde.

AUGURAN FIN DE “MOCHES”

Invitado a comentar el libro, el académico Mauricio Merino, coordinador de la Red por la Rendición de Cuentas, anticipó que desaparecerá la irresponsable “industria de los moches”, en que se dio dinero de forma caprichosa a municipios que no necesitaban recursos y con base en ocurrencias.

Con un partido hegemónico y sin pluralidad política no hay razón para negociar y “el presupuesto no será resultado de negociaciones de la pluralidad sino resultado de la voluntad del Presidente de la República”, refirió.

Prefiguró que no habrá interés ni capacidad para fiscalizar los recursos. “No veo la capacidad técnica de los diputados …la verdad es que tengo dudas. La propia Cámara de Diputados es un problema para el país, sus cualidades técnicas son deficientes su transparencia prácticamente nula. Es un lugar de opacidad, discrecionalidad y sus capacidades son limitadas”, dijo Merino.

La revisión y seguimiento del gasto “vamos a tener que hacerlo a través de la academia, los medios de comunicación y la sociedad civil”, expuso.

FISCALIZARÁN  FONDO DE MOCHES

En tanto, el titular de la Auditoría Superior de la Federación, David Colmenares, coincidió en que el efecto del Ramo 23 o de los “moches” ha resultado altamente riesgoso por las diferencias entre los recursos autorizados y los realmente ejercidos.

Se trata de un fondo con alta discrecionalidad, recursos que se aplican sin reglas de operación y sólo con convenios en algunos casos, recordó.

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