Todo acaba, hasta las vacaciones para los legisladores federales, que asisten a la sesión de Congreso General , enteros de fuerzas; descansados de cuerpo y alma; presumidos de que pondrán el resto por legislar lo mejor de lo mejor. O sea, están de regreso los mismos, como la Constitución obliga para abrir los trabajos del que ya es cuarto periodo ordinario de sesiones, o lo que es lo mismo, a los diputados ya se les va a acabar el poder, pues ya consumieron la mitad de su tiempo , y es hora de pensar a dónde volar.

La mesa directiva del Congreso General está liderada por la presidenta de la Cámara de Diputados, Laura Rojas Hernández (PAN), de verde, y a su derecha, la presidenta del Senado, Mónica Fernández Balboa (Morena), de ocre, y las legisladoras se llevan el cartel completo de esta media mañana, pues hablarán también tres secretarias, las senadoras Citlalli Hernández Ramos (Morena) y Verónica Delgadillo (MC), y la diputada Karla Yritzi Almazán Burgos (Morena), y despacharán un trámite político sin el cual no hay poder legislativo en funciones.

Laura Rojas Hernández levanta la campanilla de la mesa directiva, y al agitarla, ese débil sonido, vale para que se abra la sesión inaugural del periodo de sesiones, y cinco minutos y 40 segundos, de la misma forma, el tilín, tilín de bronce, completa la legalidad con el cierre de la asamblea, en la que declaró la apertura de las sesiones, se cantó el Himno Nacional con música y coros grabados, se leyó una acta preelaborada, y tan-tán.

Así, para los diputados arrancó la cuenta regresiva para dejar de ser. De seis periodos ordinarios, estrenan el cuarto, y los senadores con doce periodos por correr, les esperan nueve, a los que se quedan hasta el final, pero, sobre todo, los morenistas, están en el arrancadero para las candidaturas a 15 gubernaturas, y este salón de sesiones se encuentran muchos aspirantes y que forman parte de la 64 Legislatura.

A la fiesta no vinieron 50 senadores que serán vistos hasta el miércoles, en la primera sesión ordinaria del periodo de tres meses, los de la recesión y el Insabi, y la marihuana, pero también de una consagración más en la Constitución, de 727 reformas, la de los programas sociales.

Yucatán tiene dos vicepresidentes en el Congreso de la Unión, y son priistas de tricolor permanente, la diputada Dulce María Sauri y el senador Jorge Carlos Ramírez Marín, que charlan como en casa, en esa tribuna en la que su partido tuvo la voz cantante, otrora; la fuerza monolítica, antaño, e incluso, la destronada, en las urnas, hogaño.

La senadora Mónica Fernández Balboa sube a su lugar en el presidium, que es un mirador de la pachanga que hay entre curules. Por ahí se pierde la melodía de Las Mañanitas que se cantan por un celebrante, o celebranta, y cuando la panista Rojas Hernández, quien lleva la sartén por el mango, abre la sesión, todos los que viven de dieta y fuero, van a sus lugares y es tan pronto el trámite que hay quienes los sorprende el Himno Nacional, llegando a su espacio propio o asignado. Más sorprendidos quedan los que entran acabada la sesión.

Ya es tradición que al concluir la sesión, se abren la puerta del palco de Prensa, y los periodistas van al encuentro de diputados y senadores, y ven cruzar de lado a lado al líder morenista, Mario Delgado Carrillo, quien ha estado acompañado por su pequeña hija y una amiguita, que corren entre curules, mientras el jefe de la mayoría disfruta su territorio.

De la oposición local, Juan Carlos Romero Hicks (PAN) y René Juárez Cisneros (PRI), son políticos ajenos al ocio, y cada minuto suyo en el Palacio Legislativo es en serio, atentos a los temas. De sus colegas del Senado, tienen espacio adelante, pero, al fin visitantes, su expresiones de gusto se registran con moderación. Y aprovechan el campanillazo final para emprender la retirada.

Al contrario, el senador sin bancada Emilio Álvarez Icaza y el coordinador de MC, Dante Delgado Rannauro, y la jefa del PT en la Cámara Alta Geovanna Bañuelos de la Torre pasan largos ratos con amigos y correligionarios.

Porfirio Muñoz Ledo se deja querer por los petistas Gerardo Fernámdez Noroña y Reginaldo Randoval Flores, y el diputado intercala sus charlas con ellos, fotos con admiradores y preguntas de periodistas.

Acabada la pachanga entre escaños, se espera que los últimos legisladores, abandonen el recinto. "Está por salir Damián Zepeda, (senador), del PAN, y enseguida se cierra". Y lo que sigue es la cartelera de las últimas grandes reformas de la 4T.

MAOT

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