juan.arvizu@eluniversal.com.mx
El Senado fracasó en introducir reformas necesarias en materia de trata, uno de los delitos de delincuencia organizada que afectan a México, con una efectividad de sentencias condenatorias de sólo 2%.
Los senadores heredan a quienes sean electos el 1 de julio cuatro iniciativas de reformas, así como recomendaciones de expertos y organizaciones especializadas recabadas en foros, para las cuales no hubo consensos de inclusión en la ley.
Una investigación del Instituto Belisario Domínguez (IBD) señala que los desacuerdos que postergan reforzar la ley en protección de los derechos de víctimas de trata sexual, laboral, de esclavitud y otras modalidades, “demuestran lo difícil que es establecer consensos en torno a una problemática delictiva de complejas dimensiones”.
En la actualidad las discusiones incluyen “desacuerdos sobre el tipo de legislación que se requiere, sobre qué debe entenderse por trata de personas, qué significa, cómo debe sancionarse, y la importancia que tiene el castigo penal para su combate”, detalla el instituto.
Como excepción en los desacuerdos, hubo los consensos legislativos que culminaron en un par de reformas a la Ley General de Trata, en marzo de 2014 y en enero de 2018.
Sin embargo, estas modificaciones “no incluyen las recomendaciones y los señalamientos que expertos en la materia, autoridades de gobierno federal, organizaciones civiles nacionales e internacionales, así como legisladores, formularon en materia de trata”, reporta el IBD.
El tema de trata de personas se ha colocado como uno de los más complejos para concretar consensos en el Congreso de la Unión, y de ello resultan dos reformas que aprobadas en el Senado se quedaron pendientes en la Cámara de Diputados, refiere el estudio.
Una de esas reformas, impulsada por la senadora Gabriela Cuevas, aprobada por el pleno, se envió a la Cámara de Diputados, donde hasta la fecha quedó pendiente.
El otro proyecto dirigido a fortalecer la aplicación de esta ley, impulsada por las senadoras Adriana Dávila Fernández, Angélica de la Peña Gómez y Lucero Saldaña, recibió la aprobación del pleno, en febrero de 2014. Fue en San Lázaro donde recibió modificaciones y regresó a la Cámara Alta. En noviembre de 2016, se reenvió a los diputados y ahí se mantuvo detenida.
Al establecer el contexto de esta problemática, la investigación expone que el Protocolo de Palermo define la trata de personas como “la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra para explotarlas”.
Agrega: “Esa actividad incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de aprovechamiento sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos”.
En el estudio del fenómeno de la trata de personas, el Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad indica que aunque la mayoría de las víctimas de la trata son objeto de explotación sexual, cada vez se detectan con más frecuencia otras formas de engaño.
“La trata con fines de trabajo forzoso ha aumentado de manera incesante en los últimos años”, alerta
Señala que casi 40% de las víctimas de las que se tuvo referencia, entre 2010 y 2012, fueron objeto de trata con fines de trabajo forzoso, en actividades en las que se incluye a niños “para el combate armado, la comisión de delitos menores o la mendicidad forzada”.
El Observatorio Ciudadano indica que “la trata de personas es un delito que encuentra condiciones propicias en lugares en donde hay graves desigualdades sociales, marginación y altos índices de pobreza”.
Refiere que México es considerado país de tránsito de víctimas de trata de personas, al igual que de origen, en particular de niños y mujeres que son trasladadas a otros territorios para ser sujetos de explotación sexual y laboral.
Añade que por su propia naturaleza, el fenómeno de trata puede pasar fácilmente desapercibido para quien no es un especialista en el tema y por ello, en muchas ocasiones, sus víctimas son invisibles.