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Al advertir que “Nueva Alianza vive y la lucha sigue”, el dirigente nacional de este partido, Luis Castro, asevera que si bien en su momento ir en coalición con el PRI y el Partido Verde fue la mejor opción, también es consciente de que las coaliciones castigan y que esa alianza influyó en el resultado y los “jaló hacia abajo”.
El partido turquesa atraviesa ahora un proceso jurídico con el cual busca no perder el registro como instituto político nacional, puesto que no alcanzó 3% de la votación.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Castro Obregón puntualizó que no existe arrepentimiento alguno de haberse coaligado, pero reconoce que hubo castigo.
¿En qué condiciones está Nueva Alianza después del 1 de julio?
—Sin lugar a dudas marca un antes y un después. La sociedad mexicana no sólo decidió que Andrés Manuel López Obrador sea el próximo Presidente, sino que también respaldo su proyecto de nación cuando le da la mayoría en la Cámara de Diputados, en el Senado y en 19 Congresos locales.
[En este escenario] los partidos políticos no tienen capacidad de veto, ninguna fuerza política tiene capacidad de sabotaje.
Nueva Alianza está [actualmente] bajo varios factores importantes para evaluar. El primero: nuestra agenda sigue siendo vigente; dos, somos una fuerza social real, nos respaldaron 1 millón 391 mil votos.
Nueva Alianza vive y la lucha sigue, somos una fuerza social en 20 estados de la República. Sí tenemos que hacer diagnóstico, autocrítica, reingeniería, reorganización para seguir adelante.
Como proceso jurídico estamos en la impugnación, presentamos 288 recursos de inconformidad en distritos.
¿La coalición [con PRI y PVEM] los dañó o los benefició?
—Habíamos explorado el Frente, falló; otra alternativa fue la coalición como la que formamos o yendo solos. La información disponible en el momento, el diagnóstico, poniendo el compromiso de México por delante, nos llevó a una decisión en la que fue la mejor posible en ese momento.
La coalición castiga, todas las coaliciones castigan, nada más que aquí lo normal es que haya un partido que se beneficia más y castiga a los otros y ocurrió aquí en la forma de contar los votos. En este caso, la coalición influyó en nuestro resultado.
¿El castigo fue fuerte?
—La sociedad castigó a todos los partidos, la coalición tuvo un efecto de manera que nos jaló hacia abajo. Nos faltan 200 mil votos para llegar a 3% y lo vamos a pelear en tribunales.
¿Qué le falló a Nueva Alianza? ¿Fue el magisterio?
—Sin lugar a dudas no. Sin lugar a dudas la alianza con el magisterio es vigente, funcionó.
¿Se arrepienten en el partido de haber ido en coalición?
—No, en realidad nosotros hemos actuado con convicción, nuestras banderas son vigentes y difícilmente hubiéramos pensado distinto.
¿El escenario les impidió ir solos en la contienda?
—No imaginamos nosotros escenarios. Teníamos a un candidato que parecía ciudadano, sin militancia, preparado, con honestidad. Difícilmente hubiera podido tener una decisión distinta.
¿Qué hacen ahora para defender su registro?
—En esta fase, que es la jurídica, estamos defendiendo la mayor, que es 3% [de votación] nacional, pero también estamos defendiendo cada espacio conquistado localmente.
¿Defender desde lo local para regresar a lo nacional?
—Si la hipótesis fuera que no alcanzamos 3%, tenemos 20 partidos estatales, una plataforma nacional de articulación y de todos modos nos vamos a ver en las próximas elecciones federales.
¿Cómo queda NA frente a los partidos con los que se coaligó?
—La coalición concluye cuando termina el último fallo de la última instancia judicial. Ahorita continúa habiendo cooperación, intercambio de información, defensa mutua, continúa habiendo un respeto.
¿Nueva Alianza cómo entra en este proyecto de AMLO?
—Tenemos que mantener nuestra agenda. La primera [medida] es la defensa del espíritu del artículo tercero constitucional y sus consecuencias, cuidar la laicidad de la educación. En la coalición ganadora hay un partido que plantea temas religiosos, tenemos que estar atentos.
Si nuestras banderas son genuinas, son vigentes, lo que nos corresponde es plantearlas en la mesa y buscar el diálogo político.
Van a defender la educación, pero hay amenaza de cancelar reforma educativa...
—No, todo lo que he leído ahora, en entrevistas que ha tenido el anunciado como próximo secretario de Educación [Esteban Moctezuma], no he identificado algún tema de riesgo o peligro.
¿Se queda al frente de NA?
—Este semestre acaba mi dirigencia. No voy al Congreso y no me he detenido a pensarlo. Tomé antes de la elección la decisión de que debo rendir cuentas.
Una vez que termine de rendir cuentas, estaré en la mejor disposición para reinventarme, todos tenemos que hacerlo en la vida alguna vez o varias. Creo que hay todavía mucho espacio para que la voz de Nueva Alianza esté en el escenario político.