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nacion@eluniversal.com.mx
Aunque la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha mejorado sus métodos de investigación y atención, no ha trabajado en mecanismos para prevenir actos que vulneran a los mexicanos, criticó Ricardo Bucio Mújica, aspirante a presidir el organismo autónomo.
El secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes (Sipinna) consideró que en gestiones anteriores la CNDH no tuvo problemas con negociar su posición en casos en los que se violaron derechos humanos, lo que rezagó sus labores de prevención.
Esta es la segunda ocasión que Ricardo Bucio intentará llegar a la dirigencia de la comisión, donde espera implementar una política de diálogo con autoridades de los tres niveles de gobierno, a fin de que las instituciones se den cuenta de su responsabilidad en el respeto de la dignidad humana.
¿Por qué quiere ser ómbudsman?
—Toda mi vida me he dedicado a esto personal y laboralmente. Quiero ayudar a la pacificación de México, disminuir la desigualdad, la exclusión. Aunque la comisión se ha dedicado mayoritariamente a defender y proteger, sigue siendo indispensable que las autoridades del Estado garanticen los derechos para prevenir que éstos se violen.
Hace cinco años no lo eligieron, ¿qué ha aprendido durante este tiempo?
—Me tocó la creación del Sistema Nacional de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes; en ese sentido, sí tengo una ventaja competitiva importante, porque no creo que alguien haya trabajado con las instituciones públicas, las organizaciones sociales y los organismos internacionales.
¿En qué consiste su proyecto?
—En establecer un diálogo proactivo con las principales instituciones contra las que se presentan quejas; buscar una participación activa en aquellos espacios donde la CNDH tiene una obligación pero ha participado sólo como invitado, y tratar de que esto lo hagan las 33 comisiones de derechos humanos que actúan de manera reactiva —es decir, sólo cuando existe una queja— y no ayudan a evitar las violaciones de derechos humanos.
¿Cuál es su diagnóstico de la CNDH?
—Ha tenido un perfil formalista y eso hace que los procesos sean pesados. Las personas que no pueden defenderse requieren mecanismos rápidos, sencillos.
Otro tema es que la CNDH sigue investigando las mismas violaciones graves de hace 10 años, por eso su mecanismo no sólo debe investigar y sancionar a los responsables, sino evitar que haya violaciones graves.
¿Ha sido por falta de atribuciones o por falta de voluntad?
—La comisión tiene suficientes atribuciones, yo pienso que incluso las recomendaciones no tendrían que ser vinculantes, porque ya existe la figura de procuración de justicia. Antes había una convivencia muy clara con las autoridades.
¿Por qué las recomendaciones no deben ser vinculantes?
—La comisión tiene muchos instrumentos previos a la recomendación para resolver las situaciones, como la conciliación o la investigación sobre la queja; lo que tenemos que buscar es que haya menos recomendaciones, ese sería un éxito, porque significaría que hubo menos violaciones a derechos.
Se han implementado muchas leyes, pero las vulneraciones siguen, ¿por qué?
—Hemos creado una gran cantidad de instituciones públicas que son, básicamente, para proteger y defender, pero no está la misión central de prevenir. No hemos logrado dar el paso —como las instituciones suecas, que crearon la figura del ómbudsman— de transformar la acción del Estado.
¿Fue positivo modificar las reglas de operación de las estancias infantiles?
—Se está perdiendo de vista el conjunto. En la primera infancia se necesita mucha intervención pública, servicios de cuidado infantil, y debe haber una participación mucho más amplia por parte de la comisión, no sólo cuando haya cambio de reglas.
El Senado negó que comparecieran los que rechazaron esa recomendación.
—Debemos establecer esto como una obligación, no dejarlo al equilibrio de las fuerzas políticas del Senado, para que éste escuche las explicaciones de las autoridades responsables y se pueda dirimir con más certeza.
Se ha acusado a la CNDH de tener poca calidad moral, ¿es así?
—La comisión trabaja con base en la magistratura moral, por eso es un órgano no jurisdiccional. Las instituciones del Estado tienen que aportar para solidificar esa figura moral, es una responsabilidad de todo el gobierno de la República.
¿De qué temas se ocuparía primero?
—De los que se queja más la gente —el derecho a la salud y a la integridad, por ejemplo— y de los que no hay quejas pero que provocan una gran afectación —la desigual atención de los programas sociales—.
La comisión no puede sólo trabajar reaccionado a las quejas, sino que, cuando haya violaciones a derechos, debe revertir los mecanismos, para evitarlas.