A 14 días de que concluya la 64 Legislatura, la Cámara de Diputados tiene registro de 99 cambios de bancada, es decir, que prácticamente uno de cada cinco legisladores se quitó la camiseta de su partido político para ponerse otra.
Aunque el argumento generalizado de los diputados que se fueron con otro grupo parlamentario es que lo hicieron por un tema de “convicciones”, hay quienes advierten la necesidad de poner candados para evitar los brincos de una bancada a otra en la 65 Legislatura que inicia el próximo 1 de septiembre y concluye el 31 de agosto de 2024.
El 31 de agosto de 2020 esta práctica generó una crisis en San Lázaro, cuando los legisladores del Partido del Trabajo (PT) buscaron convertirse en tercera fuerza para quitarle la presidencia de la Mesa Directiva al Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Sumaron a sus filas a los entonces perredistas Mauricio Alonso Toledo y Héctor Serrano; José Ángel Pérez, del Partido Encuentro Social (PES), y Manuel López Castillo, de Morena, para pasar de 43 a 47 diputados y superar en número al tricolor, cosa que no lograron, toda vez que los priistas hicieron lo mismo y absorbieron a los perredistas Antonio Ortega, Guadalupe Almaguer, Abril Alcalá y Jesús Pool, para pasar de 46 a 50 curules y quedarse con la presidencia, en la que fue designada Dulce María Sauri.
Jesús de los Ángeles Pool Moo es el diputado que más cambios realizó en estos tres años, pasando del PT a Morena, después a ser legislador sin partido, más tarde se integró al PRD, pero se cambió al PRI durante dos días para apoyarlos a que se quedaran con la Mesa Directiva y finalmente volvió al sol azteca. Los últimos registros de cambios de bancada los realizaron Claudia Pérez Rodríguez, quien dejó Morena y se unió al PAN; José Mario Osuna Medina, quien también abandonó a la bancada guinda y se cambió al PRI; Miguel Alonso Riggs Baeza, quien dejó al PAN y se pasó a MC, y Tonatiuh Bravo, quien dejó MC para ser legislador independiente.
Plantean revisión a fondo y candados
El vicecoordinador de Morena en San Lázaro, Raúl Bonifaz, reconoció que el llamado chapulineo ha generado mayorías artificiales; sin embargo, recordó que cambiar de bancada es un derecho de asociación política que está regulado en el artículo 70 constitucional y del cual pueden hacer uso todos los diputados.
Pese a ello, consideró que sí se requiere una revisión a fondo en la materia: “Está bien, porque está regulado y nos ajustamos a la ley, pero también es una realidad que está otro aspecto que es el aspecto ético, ¿hasta dónde es éticamente válido? Ha habido hechos antiéticos por el deseo de tener otra posición dentro de la tarea legislativa, y en esta materia habría que revisar en el código de ética este tema; es un asunto complejo, pero creo que sí se tiene que ir al debate, a la discusión, al análisis, al estu-dio”, dijo.
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Por su parte, la coordinadora del PRD en la Cámara Baja, Verónica Juárez, sostuvo que es urgente legislar en la materia, para garantizar que los diputados se mantengan en el partido por el que fueron electos.
“Debería privilegiarse el voto de los ciudadanos y que quienes lleguen se mantengan en el partido por el que fueron electos. También se debe respetar el pacto fundacional, para que se respete el número de legisladores que llegan en cada bancada y a partir de esos números hacer la distribución de cargos durante todo el desarrollo de la Legislatura. Nosotros incluso tenemos ya una iniciativa en la materia que no fue aceptada en esta Legislatura, pero insistiremos en la próxima”, concluyó.