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A risas que provoca, Porfirio Muñoz Ledo ablanda a las bancadas de Acción Nacional que con bravura lo recibieron tres horas antes con un ofensivo coro: “¡Espurio!”.
Los llamó vociferantes, hizo chanzas con un tono de voz divertido y aguantó con indiferencia la cartulina que desplegó atrás suyo en la tribuna la senadora Xóchitl Gálvez Ruiz, que decía: “Porfirio ¿Díaz o Muñoz Ledo?”.
Toca el turno al senador Ricardo Monreal de fijar la postura de Morena con motivo de la presentación del Primer Informe de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y recuerda que muchos de los que agreden a Muñoz Ledo no habían nacido cuando él ya era un luchador social.
“¡Gracias!”, dice con prontitud Muñoz Ledo, el reivindicado, y su agilidad mental y la suavidad en su expresión acrecienta la simpatía de los suyos (Morena, PES, PT, PVEM), y del conjunto de la Mesa Directiva en la tribuna, donde el legislador se vuelve símbolo del momento, y a los coros de: “¡Porfirio!, ¡Porfirio!”, cosecha para sí mismo una frase para su biografía que pronuncia con firmeza: “¡Es un delirio estar con Porfirio!”.
Habla Ricardo Monreal. Aguijonea a los rijosos, los del PAN: “Señora, respete”, y los provoca: “Que se desahoguen los compañeros del PAN”. Muñoz Ledo lo secunda: “Si dejamos uno, los desahogos nunca van a terminar”.
Los aludidos gritan: “¡Morena no cumple!” y los de la Cuarta Transformación alzan sus consignas, y cuando su orador cierra su intervención, dice a los panistas con vehemencia: “¡Andrés Manuel López Obrador va a ser el mejor Presidente de la República!” y “¡Viva don Porfirio!”.
Muñoz Ledo agradece y los seguidores de la Cuarta Transformación despiertan y cantan: “¡Es un honor estar con Obrador!”.
Viene el turno del presidente de la Cámara de Diputados y del Congreso de la Unión que la tarde-noche de ayer se ha instalado, para legislar el segundo año del cambio de régimen.
El salón de sesiones está en su punto, como un alto horno. Sin embargo, los priistas están cautos, tienen enfados y exigencias que se reservan para dirimirlos en su momento.
Los panistas han desplegado anuncios que marcan la imagen de la tribuna. La más grande de sus leyendas dice: “Democracia, sí, autoritarismo, no”.
Utilizan la imagen gráfica y el color que identifica a Morena en sus mensajes: “No te enfermes, no hay medicinas”, “Cero crecimiento económico” y “17 mil 500 asesinatos”.
Interlocutor herido. El hecho es que Acción Nacional en San Lázaro trae el reclamo de que sea suya la presidencia de la Mesa Directiva y envía a tribuna a su candidato a encabezar la Cámara Baja, Xavier Azuara Zúñiga, un orador joven que lastima su garganta en su ofendida intervención, y llama a Morena a que “honren su historia de luchas democráticas, volteen a ver su pasado”.
Azuara Zúñiga está acompañado en la tribuna de la gran mayoría de los legisladores panistas, y a lo largo de su intervención, el presidente de la sesión, Muñoz Ledo, llama al orden a morenistas que se meten con el orador — “¡Quiere llorar!”— y en modo imperativo, el político dice: “¡Orden en la sala!”.
Los panistas en tribuna están quietos, atentos a la voz de Xavier Azuara, con la crítica de su grupo a los resultados del gobierno federal. El orador echa pulmón cuando lamenta: “¡Aquí se violó la ley al más puro estilo de Porfirio Díaz”.
Se levanta un coro de apoyo a Muñoz Ledo, quien a dos manos señala: “Gracias”, a quienes lo salvan de la hoguera crítica panista, y para todos exige “¡orden en la sala!”.
Así empieza el segundo año del cambio de régimen.