Entre 2006 y 2018, el gobierno federal gastó 675 millones 750 mil 402 dólares en la compra de aeronaves para la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), entre los que destacan el avión Presidencial, un Boeing 787-8 Dreamliner, con un costo de 127 millones 348 mil 857 dólares; un avión CASA C295 M, de 30 millones 332 mil 400 dólares, y un C27J Spartan Alenia de 40 millones de dólares.

El primero, que se compró en el sexenio del expresidente Felipe Caderón Hinojosa, estaba destinado para el transporte del Titular del Ejecutivo federal, en este caso, del expresidente Enrique Peña Nieto.

Otras aeronaves se utilizan en actividades militares, como el transporte táctico de tropas.

Durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, que inició el 1 de diciembre de 2018, se decidió no comprar ningún avión o helicóptero por la nueva política de austeridad y eficiencia de los recursos públicos.

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El Mandatario federal ordenó una revisión del catálogo de aeronaves, así como la venta de aquellas que no sean necesarias para el servicio público. Salvo los integrantes del gabinete de Seguridad, los demás funcionarios tienen prohibido usar aeronaves oficiales y sus traslados deben hacerlos en vuelos comerciales y por carretera.

En el periodo de 2006 a 2012 destacan las adquisiciones de un jet ejecutivo Challenger 605, en 26 millones 889 mil dólares, y del avión turbohélice King Air 350i, en 8 millones 86 mil dólares.

Dentro de las compras realizadas en el sexenio de Calderón Hinojosa están, además, cinco helicópteros Cougar EC725, en 27 millones 500 mil dólares cada uno.

En ese mismo lapso se compraron 11 aeronaves, cinco aviones y seis helicópteros; mientras que en la administración de Peña Nieto las compras aumentaron 90%.

De 2012 a 2018, las Fuerzas Armadas adquirieron 21 aeronaves, siendo los aviones los preferidos, con 16 unidades y cinco helicópteros.

Durante la gestión del priista, sobresale la compra de Black Hawk UH-60M, en 14 millones 188 mil dólares, a la empresa estadounidense Sikorsky Aircraft. El Black Hawk es un helicóptero de transporte de equipos tácticos, pero por sus características, armamento y equipo también puede ser utilizado en funciones de combate.

El año en el que más compras hubo fue 2014, ya que se adquirieron nueve aviones: un Challenger 605, un King Air 350R, un King Air 350i, un T-6C+, un CASA C 295W, un GRUOB G150 y tres Gulfstream 150, 450 y 550. Según los catálogos del gobierno federal, los montos corresponden únicamente a los costos de las aeronaves y no incluyen soportes ni refaccionamientos.

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A a la venta

Desde el pasado 1 de diciembre de 2018 y bajo los principios de responsabilidad y de uso eficiente de los recursos públicos, el presidente López Obrador ordenó la enajenación del denominado avión presidencial (TP01, José María Morelos y Pavón) e instruyó identificar todas aquellas aeronaves que cumplieran con dos criterios: el primero, que su uso estuviera dedicado al transporte ejecutivo de servidores públicos, que no cumplieran funciones directamente relacionadas con los programas y acciones de las dependencias, y que no tuvieran una función clara en beneficio de
la ciudadanía.

La segunda, que por sus características no estuvieran en servicio y generaran gastos de resguardo, mantenimiento y operación.

En subasta

Además del avión presidencial TP-01, que desde el pasado 2 de abril se colocó en subasta por “oneroso”, el gobierno federal puso a la venta dos helicópteros que han ocasionado polémica por el uso personal que algunos funcionarios públicos les dieron.

Entre las 72 aeronaves que están a la venta se encuentra un helicóptero Agusta, con matrícula HC-HHO, que era utilizado prácticamente como “taxi aéreo” por el exdirector de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), David Korenfeld.

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Una investigación publicada por EL UNIVERSAL en marzo de 2015 muestra que la aeronave, que es propiedad de la Conagua, era empleada por Korenfeld Federman para trasladarse a su residencia en el fraccionamiento Bosque Real, en Huixquilucan, Estado de México, y a sus oficinas en la capital del país.

Otro de los aviones que está a la venta, cuyo uso también se hizo público, es el Cessna Citation Sovereign 2009, adquirido por Petróleos Mexicanos (Pemex) en 2014, junto con una flotilla para mantener vigilada la red de ductos.

Sin embargo, en la bitácora de vuelos se detectó que el exdirector de la empresa productiva del Estado, Emilio Lozoya Austin —quien se encuentra bajo investigación del gobierno federal—, realizó viajes a destinos de playa, como Cancún, Zihuatanejo, Acapulco y Huatulco, así como a ciudades de Estados Unidos, como Houston, Los Ángeles, Westchester, Nueva Jersey y San Antonio.

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