No había acabado la última sesión ordinaria del segundo periodo ordinario de sesiones en la Cámara de Diputado s, cuando los diputados panistas se enteraron de que en el Senado se frenó la reforma educativa y que regresará al Palacio Legislativo de San Lázaro.

Los panistas que veían ya como inminente que el Senado aprobaría la reforma y que comenzaría su votación en los congresos estatales, estallaron en júbilo cuando a Morena y sus aliados no les alcanzó para lograr las dos terceras partes requeridas.

Ahí vieron la oportunidad de vengarse de todos los gritos y desprecios que les han hecho los legisladores de la alianza Juntos Haremos Historia y desde la parte izquierda del pleno, los panistas se juntaron y gritaron: “¡No cayó, no cayó, la reforma no cayó!” y luego: “¡Senado valiente, frenaron a la CNTE!”.

Esto enfureció a los legisladores de Morena, quienes respondieron desde el otro extremo del salón de plenos: “¡va a caer, va a caer, la reforma va a caer!”.

El pasado jueves 25 de abril, los panistas se quejaron de que no fueron tomados en cuenta en algunas partes y al aprobar el artículo transitorio décimo sexto de la reforma educativa se abrió la puerta para que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, controle plazas.

"La venganza es un plato que se come frío"

, describió un diputado panista al concluir sus arengas.

Ese mismo jueves 25 de abril cuando se aprobó la nueva reforma educativa en San Lázaro, los integrantes de Morena, concluyeron con el grito: "¡Ya cayó, ya cayó, la reforma ya cayó!".

Ahora el líder de Morena en la Cámara, Mario Delgado, tendrá que volver a las negaciones para mantener los apoyos que ya había logrado con otras bancadas.

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