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Ante las protestas sociales en Chile y Ecuador, el presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que es tiempo de cambiar el modelo económico que se impuso durante décadas en los gobiernos de América Latina y del mundo, y que empobreció a millones de personas.
“Es una opinión general y respetuosa. Es tiempo de cambiar el modelo económico que se impuso durante décadas a pueblos y gobiernos de América Latina y del mundo. Está agotado el llamado modelo económico neoliberal, ha resultado un fracaso, entonces, los gobiernos que no llevan a cabo cambios y siguen con las mismas políticas enfrentan problemas con sus pueblos, porque ya la gente no quiere más sacrificios sólo para el beneficio de minorías”.
Durante su conferencia de prensa en Palacio Nacional, el Ejecutivo afirmó que la política privatizadora sólo benefició a pequeñas minorías y empobreció a millones de seres humanos, por eso los movimientos de rebeldía e inconformidad.
Señaló que rechazar a los gobiernos facciosos, los que están al servicio de grupos de intereses privados, y poner por delante el bienestar del pueblo es lo que da gobernabilidad y permite la paz social. Dijo que en el caso de Ecuador supieron dar marcha atrás a la medida de aumentar los precios de los combustibles y en Chile recular el aumento en el transporte público.
“Yo celebro que esto lo estén haciendo los mandatarios de esos países, porque sería temerario sostener a sangre y fuego esas medidas. El presidente de Chile [Sebastián Piñera] hasta ofreció disculpas, en un acto que considero de honestidad, una rectificación, pero al final es el mismo esquema”, indicó.
“Ninguna autoridad puede decidir sobre políticas internas”. Ayer, el Presidente aseguró que la política de seguridad la define México y no otros países, pues señaló que ninguna autoridad extranjera puede decidir sobre políticas internas, y afirmó que con Estados Unidos hay una cooperación para soluciones en temas que afectan a ambas naciones, como migración, tráfico de armas y narcotráfico.
Calificó como “de mal gusto” que funcionarios de otros países opinen sobre asuntos internos de México, en referencia a las declaraciones de Richard Gleen, subsecretario de Estado adjunto para Narcóticos Internacionales de Estados Unidos, quien declaró que le preocupaba la estrategia que tenía México para combatir el narcotráfico.
“Nuestra política de seguridad la definimos nosotros, como también ellos de manera soberana deciden sus políticas (…) a ellos les importa mucho lo del tráfico de drogas; a nosotros también; nos importa mucho el que no haya contrabando de armas, estamos buscando con ellos que en este terreno se dé la cooperación. Se está avanzando.
“Pero no puede ninguna autoridad extranjera decidir sobre nuestras políticas, porque nosotros no vamos a Estados Unidos, a Canadá, China ni vamos a Rusia, ni vamos a Guatemala, a ningún país a decirles lo que tienen que hacer, porque somos un país libre y soberano. Eso es lo que debe quedar muy claro”.
López Obrador señaló que funcionarios extranjeros no deberían opinar sobre asuntos internos que sólo corresponde a funcionarios mexicanos atender.
“Sí hace falta la cooperación, pero con respeto a la soberanía de cada país”.
Difundirán avances del T-MEC. López Obrador adelantó que en los próximos días dará a conocer un informe sobre los avances que su gobierno ha hecho para convencer a legisladores de Estados Unidos para que aprueben el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), puesto que señaló que es un acuerdo que beneficia a los habitantes de las tres naciones.
En otro tema, el Presidente afirmó que su gobierno buscará que los bienes del capo Rafael Caro Quintero, así como de otros cárteles, se queden en el país y lleguen a los ciudadanos más necesitados, esto ante la intención del gobierno de Estados Unidos de confiscar las propiedades de Caro Quintero, excarcelado en 2013.
Teléfono satelital. El Presidente reveló que recientemente usa un teléfono satelital para no quedar incomunicado en sus giras de trabajo por el interior del país.
Dijo que en el caso del operativo en Culiacán pudo comunicarse con su gabinete de seguridad y llegando a Oaxaca sólo se confirmó la decisión de su gobierno.
