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Andrés Manuel López Obrador afirma que toma el medicamento Amlodipino y un té para procurar estar de buenas en este proceso electoral. Incluso, dice tener tan buen sentido del humor que muchos lo consideran fresa, fifi y hasta ñoño.
El precandidato presidencial por la coalición Juntos Haremos Historia dejó la agenda cargada de eventos y se concentró ayer en un único mitin de precampaña en el Jardín Libertad de la capital de Colima.
Tras su acostumbrado discurso fue cuestionado por la prensa sobre que el publicista Antonio Solá ya no lo considera como un peligro para México. En tono jocoso respondió que es como el mundo al revés, “para unos sigo siendo sectario, un peligro para México, para otros ya me volví fresa, ya casi soy fifi o ñoño. Yo también me tomo mi Amlodipino.
“Significa que estamos en temporada de elecciones y lo que se debe de procurar es no perder el sentido del humor, nosotros estamos bien y de buenas y ya voy a empezar a hacer así: ‘Amor y paz, sonríe vamos a ganar’”, dijo en tono jocoso.
Incluso, López Obrador se da tiempo para dar la bienvenida al nieto de la ex líder sindical Elba Esther Gordillo, René Fujiwara, quien ayer —con un grupo de jóvenes— renunció a las filas de Nueva Alianza para dar su apoyo al tabasqueño. “Ellos están expresando que van a ayudarnos, que van a apoyar al movimiento, son bienvenidos”, afirmó.
En medio de la fiebre por la “Pejestroika” de simpatizantes que portan playeras, banderines y mantas en apoyo a Andrés Manuelovich, les promete acabar con la corrupción en menos de seis años. Esto, a pesar de que en una entrevista con EL UNIVERSAL, Mariclaire Acosta Urquidi, quien asume la presidencia del Comité de Participación Ciudadana (CPC) del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), sostuvo que en algunos países los sistemas contra este flagelo tardan hasta 10 años en implementarse.
“Vamos a acabar con la corrupción, me canso ganso, vamos a acabar con la corrupción no en seis años, sino en menos. Se va a terminar con la corrupción en México, vamos a desterrar la corrupción del país, me canso ganso”, subrayó.
Detalló que su plan consiste sencillamente en actuar con rectitud arriba: el proceder del Presidente va a ser un ejemplo y no va a haber corrupción en altos mandos, dice.
De paso, el precandidato presidencial por la alianza Morena-PES-PT, propuso financiar el desarrollo del país al ahorrar 500 mil millones de pesos por la corrupción y otros 500 mil millones recortando privilegios de altos funcionarios.
Sin embargo, López Obrador cambia el semblante para defender al sacerdote Germaín Muñiz, asesinado por un grupo criminal y supuestamente vinculado a la delincuencia organizada de Guerrero.
El tabasqueño afirmó que, independientemente de la actividad del sacerdote y lo que haya hecho, era un ser humano.
“No me gustó que inmediatamente después de que encuentran asesinados a los sacerdotes, empiezan a vincularlos con la delincuencia. Son, independientemente de su actividad y lo que hayan hecho, estamos hablando de seres humanos.
Levanta el tono de voz y exige que se investigue bajo qué condiciones se tomaron las fotografías del sacerdote Muñiz sosteniendo un arma larga junto a otras personas.
“Eso no autoriza que lo asesinen, a nadie, y además, ¿quién dio a conocer esas fotos?, ¿bajo qué condiciones se tomaron esas fotos? Independientemente de si estaban o no vinculados, estamos hablando de crímenes y de seres humanos y que se requiere que se investigue y se termine con esa violencia”, dijo.
Demandó, además, que el secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos, no vaya a recibir el premio honoris causa a Chiapas.