Torreón, Coah.— Uno de los momentos de mayor oscuridad en la historia del país es conocido como “el pequeño exterminio”, cuando en mayo de 1911, fuerzas revolucionarias asesinaron a 303 chinos-mexicanos por motivos de racismo y xenofobia.
Por eso ayer, en el bosque Venustiano Carranza de esta ciudad, el presidente Andrés Manuel López Obrador, a nombre del Estado mexicano, pidió perdón a la comunidad china por el exterminio que padecieron en el México revolucionario.
En una ceremonia solemne, ante el embajador de China en México, Zhu Qingqiao, el Jefe del Ejecutivo federal agradeció al presidente de China, Xi Jinping por su colaboración rápida, fraterna y solidaria con el pueblo de México desde que comenzó la pandemia de Covid-19.
“Quiero agradecer al presidente de China, Xi Jinping; a su embajador en México, Zhu Qingqiao, a científicos de China, a sus diplomáticos, a sus empresas y quiero decir desde Torreón: ‘Nunca vamos a olvidar la fraternidad de China en los meses amargos y angustiosos de la pandemia, por el apoyo que recibimos’”, dijo.
Acompañado por su esposa Beatriz Gutiérrez ; los gobernadores de Coahuila y Durango e integrantes de su gabinete, el Presidente encabezó el acto para pedir el perdón a los familiares de las víctimas que fueron masacradas por cuestiones racistas y xenófobas durante la Revolución.
La ceremonia comenzó con el toque de caracol y tres golpes de wong. Ahí, López Obrador aseguró que ese acto no sólo nos obliga a asumir nuestra responsabilidad y culpa: “También a aceptar el compromiso con el pueblo y la República Popular de China que el Estado mexicano no permitirá nunca más el racismo, la discriminación y la xenofobia”, indicó el Mandatario federal.
Detalló que la orden del asesinato de los chinos en Torreón fue del general revolucionario Benjamín Argumedo y “contrario a lo que todavía se piensa”, no participó el general Francisco Villa, porque El Centauro del Norte estaba en Ciudad Juárez ayudando a Pascual Orozco a desterrar a Porfirio Díaz a Francia.
Destacó que en medio de esa masacre, el pueblo yaqui, pese a ser una comunidad perseguida, dio refugio: “Es una lección de humanismo sublime. Un pueblo perseguido como el yaqui, que resistió al exterminio, ayuda a otro en la misma circunstancia, sin importar culturas o fronteras”.
Zhu Qingqiao, embajador de China en México, agradeció al Presidente y al Estado mexicano, y aseguró que con este acto se curan las cicatrices que a más de 100 años dejó esa tragedia.
Destacó que con la llegada del Covid-19, la cooperación entre ambos países para enfrentar esa pandemia se han fortalecido, lo que ha dejado una profunda huella en las relaciones bilaterales.
“A principios del siglo XX algunos [integrantes de la comunidad china] vivieron injusticias en algunos lugares como Torreón, pero a través del evento de hoy se consuela a las vidas perdidas y se curan las cicatrices que ha dejado la historia. La parte china aprecia al presidente López Obrador y al gobierno mexicano por su sentir de responsabilidad histórica y compromiso”, subrayó.
Sin embargo, Zhu Qingqiao alertó que en algunos lugares del mundo existe el racismo, la xenofobia, el odio y la violencia en contra de las minorías debido a la discriminación, el prejuicio.
Antes, Sergio Ley López, exembajador de México en China, en nombre del Estado mexicano pidió perdón a la comunidad china en nuestro país.