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Bruselas.— La administración de Andrés Manuel López Obrador heredará un servicio exterior dotado de una sustancial red diplomática.

La Secretaría de Relaciones Exteriores opera con 158 puestos diplomáticos, de los cuales 80 son embajadas, 67 consulados, ocho misiones permanentes y tres oficinas de enlace.

Este directorio coloca a México en el decimocuarto peldaño de la lista de países con la red diplomática más grande del mundo, según Lowy Institute.

El índice elaborado por una agrupación de expertos con sede en Sídney, Australia, muestra que México es, después de Brasil (con 221), el país latinoamericano con mayor número de puestos en el extranjero; ligeramente por delante de Argentina, que registra 155 representaciones, de las cuales 85 son embajadas.

Si se toma como referente el grupo de las 20 naciones más industrializadas (G20), el país aparece en el decimotercer peldaño.

Dentro del bloque de las 36 naciones miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, figura en el décimo puesto; mientras que en la zona del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica supera a Canadá, que contabiliza 147 representaciones, 100 de ellas embajadas.

El próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador promete una política de austeridad que podría pasar factura a la diplomacia, traduciéndose en recortes salariales y cierre de dependencias.

Miembros del Servicio Exterior Mexicano de Carrera han expresado en diversas ocasiones y en condición de anonimato su malestar por el abuso que se hace de la herramienta que permite nombramientos temporales político-administrativos.

Aseguran que las designaciones que responden al pago de favores políticos, la protección de funcionarios en aprietos o la necesidad de congelar con un “lujoso exilio” a un personaje incómodo dañan la imagen de la institución y desacreditan la profesión.

Entre otros, está el caso de Marisela Morales Ibáñez, quien estuvo a cargo de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada durante la gestión de Felipe Calderón, y en 2013 fue designada cónsul en Milán, Italia, por el entonces canciller José Antonio Meade.

El veterano priísta Eloy Cantú Segovia asumió en 2015 el timón de la embajada de México ante la Unión Europea y la abandonó este año sin “dejar rastro” de haber operado la dependencia, que estaba ubicada en la avenida Franklin Roosevelt, aseguran fuentes diplomáticas.

En el circuito diplomático algunas cancillerías operan bajo el principio de reciprocidad. El eventual cierre de representaciones en el exterior podría provocar que algunas naciones reconsideren mantener su presencia en México.

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